Skimo, esquí sin ataduras

El esquí de montaña ha vivido un auténtico boom en la última década, sobre todo durante la pandemia

Cada vez más estaciones cuentan con circuitos para su práctica y en los próximos JJ.OO. de Milano-Corina 2026 debutará como disciplina olímpica

La estación de Boí Taüll dispone de diferente circuito para skimo

La estación de Boí Taüll dispone de diferente circuito para skimo / JUAN MANUEL ALTOLAGUIRRE

Sergi Mejías

Sergi Mejías

El esquí de montaña cotiza el alza. Después de haber ganado muchos adeptos en los últimos años con el clímax durante la pandemia cuando prácticamente fue el único esquí que se podía practicar, el skimo se ha consolidado como un deporte de invierno de referencia. Sobre esta popularización basta destacar que debutará como disciplina olímpica en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno de Milano-Cortina de 2026 en las disciplinas de Sprint y Relevos mixtos

Además, cada vez hay más estaciones, como Boí Taüll, que apuestan por tener sus propios circuitos de esquí de montaña para que alpino y skimo puedan convivir sin problemas. De hecho, la estaciones de FGC cuentan con 21 circuitos balizados y un forfait de temporada de skimo que incluye dos subidas diarias en cualquier remonte de las estaciones de FGC, incluido el tren cremallera de Vall de Núria. En este caso Boí Taüll va más lejos ofreciendo un forfait de día de esquí de montaña.

Material específico

Para practicar el esquí de montaña se necesita un equipo como en alpino compuesto de esquís, fijaciones, pieles, botas y bastones, además del casco por seguridad. El esquí suele ser más estrecho, corto y mucho más ligero que el de alpino. Las botas también son más ligeras y con un sistema para bloquear la caña. Las fijaciones marcan un punto y aparte ya que tiene un sistema que permite dejar libre el talón para avanzar; actualmente ya cuentan con freno como los de alpino. Y las pieles se colocan fácilmente en la suela y se utilizan para ascender ya que evitan que el esquí se vaya para atrás. Para empezar se puede alquilar y suele costar entre 45 y 70 euros.

Tipo de esquiador

Este auge también ha traído una diversificación del esquiador, como nos explica Xavi Bonatti, guía de alta montaña y embajador de Helly Hansen, “normalmente puedes diferenciarlos por la medida del patín de su esquí. Con patín de hasta 80 mm encontramos el esquiador más competitivo, el fanático de Strava, que no realiza salidas muy complicadas. Entre 80 y 90 mm de patín están los montañeros de toda la vida mientras que por encima de 90 mm están los ‘freerando’ que les gusta los descensos fuera pista y fuertes pendientes. Más allá están los esquiadores que sacan los esquís de freeride cuando las condiciones lo permiten y hacen pequeñas excursiones como aproximaciones a las palas de nieve virgen”.

Dentro del colectivo de esquiadores de montaña cada vez se apuntan más padres que dejan a sus hijos en la escuela de esquí y aprovechan para alejarse del mundanal ruido y disfrutar de la montaña tal como explica Bonatti, y guía de la actividad Open Mountain Month organizada por la marca Helly Hansen en la estación de Boí Taüll como iniciativa para que todo el mundo disfrute las montañas como espacio abierto que es.

A la hora de iniciarse siempre es importante hacerlo de la mano de un profesional, como en todos los deportes de montaña. “Es mejor que sean esquiadores capaces de bajar por una pista roja o algo fuera pista, y que se formen en montaña”, apunta este guía de alta montaña. Porque la técnica de ascenso se absorbe rápidamente pero después tocará bajar, muy probablemente, por fuera pista. Además, hace falta conocer y saber utilizar todos los elementos de seguridad como son el DVA, la sonda y la pala para localizar a una víctima de avalancha. “Con una formación de un día adquieres los conocimientos básicos, pero los suyo es un curso de cuatro días, aunque sea en dos fines de semana, para acceder a esos conocimientos del material de seguridad”, explica Bonatti.

También se aprenden detalles como la altura del bastón (del suelo hasta la axila) o clavar los bastones a la altura del talón para que nos ayuden a impulsarnos. Porque el esquí debe deslizar sobre la nieve, nunca levantarlo para avanzar para evitar la fatiga que puede producir elevar el esquí. 

Saber vestirse es igual de importante. “Debemos vestirnos por capas. La primera que sea muy transpirable, la segunda que ayude a regular la temperatura, porque de generar calor se encarga la primera, y una última capa que nos aísle del exterior”, asevera el embajador de la Helly Hansen.

Con todo, la práctica del esquí de montaña es muy extendida y hay gente que se inicia en zonas de pistas de esquí por su facilidad y poco a poco evoluciona en las actividades de montaña con travesías de varios días como Carros de Foc.