Detroit Pistons: un puesto 'privilegiado' en la historia negra de la NBA

Pese a la última victoria ante Raptors, los Pistons se han hecho un nombre propio en la historia más oscura de la liga

La franquicia de Michigan derrotó a Toronto tras una racha de 28 partidos consecutivos sin saborear un triunfo

Los Detroit Pistons ostentan la peor racha de derrotas de la historia de la NBA

Los Detroit Pistons ostentan la peor racha de derrotas de la historia de la NBA / AGENCIAS

Nil Jaimejuan

Nil Jaimejuan

Los Pistons de la temporada 2023/24 quedarán grabados para siempre en el lado más oscuro del deporte estadounidense. Pese a 'salvar' su reputación con la última victoria ante Toronto Raptors por un ajustado 129-127, el cuadro de Detroit ha cosechado uno de los peores récords que se recuerda en el baloncesto: 28 partidos perdiendo de manera consecutiva en una sola campaña. Han salvado los muebles y no han superado la mayor marca nunca registrada, pero eso tampoco debería ser motivo de celebración en un conjunto demasiado acostumbrado a la mediocridad.

Salvados 'por los pelos'

El cuadro de Monty Williams obtuvo hace unos días el 'premio' a peor racha de la historia en un solo curso, con 27 partidos consecutivos 'palmando', superando a los Philadelphia 76ers de la 13-14 y a los Cleveland Cavaliers de la 2010-11, dos conjuntos que llegaron a sumar 26 seguidas y que nunca pensaron que alguien les rebasaría en una NBA donde algunas victorias caen por su propio peso, por pura estadística. A diferencia de esos dos equipos, que casi estaban "construidos" para perder", estos Pistons son incapaces de generar nada pese a contar con algunos nombres interesantes en nómina.

No hay nadie peor en la historia de la NBA que estos Pistons

No hay nadie peor en la historia de la NBA que estos Pistons / AGENCIAS

Tras este primer fiasco, Detroit aún tenía la oportunidad no convertirse en la peor racha jamás vista entre dos temporadas, un logro que también ostentaban los 76ers (13-14 y 14-15) con 28 y que podían evitar ganando a Boston (para no igualarla) o Raptors (para no superarla). Llegaron a estar 19 arriba en el TD Garden, pero los fantasmas aparecieron en la segunda parte. Ante Toronto sí obraron el milagro, y por primera vez desde hace dos meses vimos al equipo de la 'Ciudad del motor' competir los 48 minutos de encuentro. La víctima era la perfecta: unos canadienses que habían ganado uno de sus últimos seis compromisos y que horas antes habían traspasado en OG Anunoby uno de sus baluartes principales.

Números rojos en todas las métricas

Con un esperpéntico balance de 3-29 y sensaciones constantes de equipo a la deriva, los Pistons tienen ahora una oportunidad de oro para poner coherencia a un curso plagado de fiascos y 'sin sentidos'. Bajo la etiqueta de reconstrucción, la gerencia no ha sido capaz de poner una sola piedra en un proyecto que lleva acumulando fracasos desde hace 15 años, para desesperación total de una afición que ha sido de las más fieles en Estados Unidos. La victoria ante Raptors no debe complacer ni calmar a nadie.

Monty Williams, que llegó a los banquillos de Detroit el pasado verano, no ha dado con la tecla

Monty Williams, que llegó a los banquillos de Detroit el pasado verano, no ha dado con la tecla / AGENCIAS

Los números y la estadística evidencia todo este desastre. El cuadro de Williams es 28o en rating ofensivo (108.5) y 26en la métrica defensiva (119.1), siendo los penúltimos (solo superado por los Spurs de Wembanyama) de toda la NBA en el diferencial de puntos, con -10,9. Más allá de no alargar esta serie de fracasos, hay otro reto más para Detroit, el de no acabar el año con el peor porcentaje de victorias de la historia. El récord lo tienen los extintos Bobcats (actuales Hornets) de la 11-12, que acabaron con un balance de 7-59 en una campaña marcada por el cierre patronal (lockout). Finalizaron el curso con 10,6% de victorias, y los actuales Pistons se encuentran en 9,4%.

Una franquicia histórica venida a menos

Detroit es una de las marcas más identitarias de la historia de la NBA. Ganadores del título en tres décadas diferentes (tan solo cuatro han ganado más), la 'Motor City' es una ciudad de campeones que ahora vive su momento más amargo desde su fundación. Es inevitable pensar en los 'Bad Boys' de finales de los años ochenta que lograron dos anillos (89',90') pasando por encima de los Bulls de Jordan. Isiah Thomas, Rodman, Joe Dumars o Bill Laimbeer, entre otros muchos, quedaron para siempre en la memoria de los amantes del baloncesto más duro y físico, un estilo de juego que más tarde replicarían los Pistons de Chauncey Billups, Richard Hamilton o la pareja Wallace en el interior, los 'chicos malos' más modernos que saborearon la gloria en 2004 y dominaron la Este con puño de hierro a principios de siglo.

Los Pistons de los 'Bad Boys' lograron dos anillos a finales de los ochenta

Los Pistons de los 'Bad Boys' lograron dos anillos a finales de los ochenta / AGENCIAS

Desde que alcanzaran las finales de Conferencia en 2008, los Pistons tan solo han jugado playoff en 3 ocasiones (2009, 2016 y 2019), cayendo a primeras de cambio en todas ellas y acumulando un global de 0-16. A diferencia de otras ocasiones, este equipo tiene talento. Joven e inexperto, pero talento, algo que ni tan solo se intuía en épocas pasadas y que pone en duda aún más el por qué de la situación actual. Los despachos y las decisiones en la noche del Draft se antojan como los grandes culpables de este descalabro.

Un puzzle que no encaja

Nadie se podía imaginar esta situación en pretemporada. "Vamos en buena dirección" llegó a aseverar el propio Monty Williams en uno de los training camps veraniegos. Pese a finalizar la pasada campaña con el peor balance de toda la competición, los 'destellos' de los más jóvenes y la llegada de un nuevo entrenador a los mandos hacían soñar a la fanaticada de la 'Motown', ilusionada con el 'Año I' del proyecto y pensando incluso en colarse en zona de play-in. Nada más lejos de la realidad.

Ni la mejor temporada de Cade Cunningham desde su llegada a la NBA está evitando la caída a los infiernos. El base fue elegido por los Pistons en la primera elección de 2021 y rápidamente se convirtió en la gran esperanza de futuro, un 'talento generacional' destinado a revertir el estado de ánimo decadente que se respiraba. En su tercer año como profesional promedia 23.3 puntos y 7.1 asistencias por contienda, incluyendo exhibiciones ante Boston (43p) o Atlanta (44p), y sus aptitudes de estrella son innegables.

Jalen Duren, Ausar Thompson y Jaden Ivey, escuderos de Cunningham en el proyecto de Pistons

Jalen Duren, Ausar Thompson y Jaden Ivey, escuderos de Cunningham en el proyecto de Pistons / AGENCIAS

Nombres 'de la casa' como Jalen Duren, Jaden Ivey o Ausar Thompson, quinto pick del pasado Draft, son piezas que perfectamente pueden evolucionar a buenos jugadores en los próximos años, pero el puzzle de estos Pistons alberga muchas incógnitas. Han adquirido 'juguetes rotos' sin ningún tipo de valor, como lo son Knox, Wiseman o Bagley, que son la sombra de lo que fueron en la universidad, donde brillaron con luz propia.

Joe Harris o Alec Burks tampoco aportan la veteranía necesaria, dos exteriores muy venidos a menos, y apuestas arriesgadas como las de Kylian Hayes en el Draft de 2020, elegido por delante de Haliburton, Cole Anthony o Maxey, no han salido como se esperaba.

Tampoco podemos evitar pensar en el factor mental. Este grupo de jugadores se encuentra en una espiral negativista de la que no es fácil salir. No todo son esquemas tácticos, rotaciones o porcentajes de tiro. La identidad es la que crea unión y grupo, una característica que brilla por su ausencia en Detroit.

Y ahora.. ¿Qué?

Cualquier equipo es una quimera para los actuales Pistons, pero la ansiada victoria ante Toronto es un soplo de aire fresco, una primera piedra en el camino en la búsqueda de una identidad. Cade Cunningham tiene carácter de sobra para ponerse el orgullo de todo el equipo a las espaldas, y en Michigan esperan dejar detrás cuanto antes esta espiral de infortunios.

"Simplemente seguimos luchando. Ha sido un larga racha, todas esas derrotas, pero formo parte de un grupo chicos que no dejan de trabajar todos los días, se mantienen positivos y se animan unos a otros", dijo el base en rueda de prensa. "Hemos tardado mucho en llegar (aquí), así que no quiero volver a donde estábamos", agregó Cunningham.