Las lesiones, el peor enemigo de Francia

Lucas Hernández es el séptimo en caer tras Kanté, Maignan, Pogba, Kimpembe, Nkunku y Benzema, casi todos clave para Deschamps

Hoy Coman solo hizo el calentamiento del entreno previo al partido contra Dinamarca de mañana y es duda para la selección 'bleu'

Didier Deschamps, pensativo en un entrenamiento

Didier Deschamps, pensativo en un entrenamiento

Roger Payró

Lo de los futbolistas franceses en las últimas semanas empieza a parecer cosa de brujería. La lesión de Lucas Hernández, cuyas pruebas confirmaron que tiene roto el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y estará al menos seis meses KO, ha sido la última mala noticia para un Didier Deschamps que ya acumula siete bajas. Prácticamente todas, además, de hombres de peso en su esquema. Ninguna selección tiene la enfermería tan a rebosar.

El mal fario empezó ya hace un mes. N’Golo Kanté tuvo que pasar por el quirófano por un problema en el tendón de la corva y quedó directamente descartado para el Mundial. Poco después Maignan, habitual suplente de Lloris, recayó de su lesión en la pantorrilla. Segundo KO, y octubre terminaría con otro varapalo para ‘les bleus’. Paul Pogba, que ya fue duda por una lesión en el menisco desde principios de curso, acabó desertando por un contratiempo físico en el muslo. Deschamps afrontaba la cita en Catar sin el doble pivote que encumbró a los ‘gallos’ a lo más alto cuatro años atrás en Rusia.

Lluvia de bajas

El siguiente en tener que renunciar fue uno que precisamente estuvo en 2018 aunque vivía a la sombra de los asentados Varane-Umtiti en el eje de la zaga. Se trataba de Presnel Kimpembe, aún renqueante de sus molestias en el tendón de Aquiles. Axel Disasi le sustituyó en la convocatoria. El que se iba a estrenar en una gran cita en Qatar era Christopher Nkunku, que en uno de los entrenamientos previos al debut se rompió el ligamento externo en la rodilla izquierda y no solo se despedía de la Copa del Mundo sino que también podría hacerlo de la temporada.

Con esta baja Deschamps llamó a Kolo Muani y también a Marcus Thuram. Gastaba la bala del 26º convocado el técnico y poco después su decisión cobraría sentido. Karim Benzema, que llegaba entre algodones y sin apenas ritmo de partidos en el último mes, se lesionó entrenando en el cuádriceps del muslo izquierdo. Tres semanas de baja, nada grave pero lo suficiente para tener que volver a casa.

La sangría ha continuado con el Mundial en marcha. Un mal apoyo en la acción del gol de Australia le ha costado una grave dolencia a Lucas, que le deja fuera de combate para lo que resta de curso.

No tiene ni un día tranquilo Deschamps, que hoy vio como Kingsley Coman solo hizo el calentamiento del entreno previo al partido contra Dinamarca de mañana. El extremo del Bayern arrastra dolores en el aductor tras un mal apoyo en la sesión del pasado miércoles, por lo que se optó por la prudencia. Con él serían ocho las bajas, y todas de gente de mucho peso en el esquema del preparador galo. A Francia se lo están poniendo muy difícil para retener la corona.