Argentina empata con Brasil y se va al Mundial desde los vestuarios

La Albiceleste no pasó del 0-0 con la Canarinha, pero se vio beneficiada del triunfo de Ecuador en Chile (0-2)

El superclásico acabó siendo una cuerpo a cuerpo en el que primó el desgaste físico sobre las propuestas ofensivas

Leo Messi, que pasó en blanco, recibe el marcaje de Matheus Cunha

Leo Messi, que pasó en blanco, recibe el marcaje de Matheus Cunha / Reuters

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Argentina ya está en Catar 2022. Se clasificó dependiendo de terceros: sumó un punto en el superclásico con Brasil (0-0) y, cuando ya estaba en los vestuarios, se vio beneficiada del incuestionable triunfo de Ecuador ante Chile (0-2). Misión cumplida, pues, para el equipo de Leo Messi, que mantuvo sus dos años de invencibilidad y consiguió sellar su pase al Mundial a falta de cuatro jornadas.

Argentina - Brasil (16/11/21)

Eliminatorias sudamericanas Catar 2022

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Alineaciones
Argentina
Dibu Martínez, Molina, Cuti Romero (Pezzella, 52'), Nico Otamendi, Acuña, De Paul, Paredes (Lisandro Martínez, 45'), Lo Celso (Domínguez, 85'), Di María (Julián Álvarez, 74') Leo Messi y Lautaro Martínez (Joaquín Correa, 45').
Brasil
Alisson, Danilo, Éder Militao, Marquinhos, Alex Sandro, Fabinho, Fred, Lucas Paquetá (Gerson, 78'), Raphinha (Antony, 69'), Vinicius Jr. y Matheus Cunha (Gabriel Jesus, 85')

Brasil, por su parte, se abrazó al trabajo colectivo para sumar un empate de mérito con el que confirma su liderato invicto en las eliminatorias sudamericanas. No pudo vengarse del Maracanazo de la Copa América, pero dio por bueno el haber podido frenar a su gran rival en su propio feudo.

Neymar es el comienzo y el fin de la Seleçao. Sin el astro del PSG, ausente por unas molestias en los abductores, los brasileños perdieron su punto referencia y les costó muchísimo entrar en juego en la ratonera del Bicentenario. Solo Lucas Paquetá aportaba algo de luz, intentando las conexiones directas con un Vinicius Jr., de salida, con el pie mal calibrado.

Argentina tenía el balón, pero pecaba en la precipitación, lo que impedía activar a Leo Messi, que recuperaba la titularidad tras sus molestias físicas.

El clásico se jugaba sobre el error ajeno, lo que derivó en una secuencia de imprecisiones y un ritmo entrecortado. Sin jerarquías, se imponía la clase media en la medular que juega con el mono de trabajo puesto: por un lado De Paul y Paredes y del otro Fred y Fabinho, sustituto de Casemiro baja por acumulación de tarjetas.  

El partido podría haber saltado por los aires en un doble error arbitral: una manos de Matheus Cunha en la frontal de su propia área – lo que con Leo es medio gol – y un codazo de Otamendi en la boca de Raphinha analizado de forma omisa por el VAR cuando era una roja de libro.

No fue un primer tiempo primoroso. El buen fútbol escaseó y acabó reemplazado por un cuerpo a cuerpo, que solo generó fricciones y alimentó el juego subterráneo. Cuando alguien decidió jugar, se vio alguna genialidad, como la de Cunha, que, imitando a Pelé, intentó un remate desde 56 metros de distancia o la de un túnel de Di Maria sobre Vinicius Jr.

ARGENTINA SIN BRILLO

Y tras tantos trompicones, llegó el fútbol en un segundo tiempo mucho más de acorde a un clásico de este tamaño. El balón rodó más y Brasil la tuvo en un remate de Fred desde fuera del área que besó el larguero. La Seleçao se soltó y hasta Vinicius Jr. se atrevió con una lambreta sobre Molina.

Argentina seguía pecando de lo mismo: su incapacidad manifiesta de hacer entrar en juego a Leo, que es su gran elemento definitorio. La Albiceleste estuvo muy bien en la contención, pero cuando necesitó irse a por la victoria, le faltó juego interior, creatividad y capacidad de conectar con sus delanteros.

Los de Scaloni dejaron el terreno de juego a un paso de Catar. La clasificación matemática llegó cincuenta minutos después cundo se confirmó el triunfo ecuatoriano ante Chile (0-2). Argentina sigue los pasos de Brasil y es la segunda selección sudamericana con el pasaporte sellado para el que todo apunta que será el último Mundial de Leo Messi.