Márquez maravilla bajo la lluvia

La temporada más larga de la historia de MotoGP echa a andar con las sesiones libres de las tres categorías mundialistas

El subcampeón Jorge Martín (Ducati) logra el mejor tiempo en las dos primeras sesiones del GP de Catar, donde Márquez y Acosta protagonizan unos entrenamientos primorosos, figurando entre los mejores desde el primer día

Márquez lidera su primera sesión con la Ducati

Marc Márquez rodando con la Ducati del Gresini en Lusail

Marc Márquez rodando con la Ducati del Gresini en Lusail / MotoGP

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Venga, sí, fijo, seguro, es solo el primer día. Vale, pero es el primero de los 63 días de verdad, de carreras, de pelea, del Mundial-2024. Y, en ese primer día, también es verdad que el mejor, el más veloz, fue el madrileño Jorge Martín (Ducati, 1.52.624 minutos), bicampeón del mundo el pasado año, pero el auténtico ‘show’, las dos grandes sorpresas, para muchos, los locos, no tan sorpresa, las protagonizaron al unísono los jefes de dos generaciones, Marc Márquez (Ducati), cuarto por la mañana y primero por la tarde, y el novato Pedro Acosta (GasGas), tercero en las dos sesiones. Si eso no es una, perdón, dos gestas, ya me dirán qué es.

Márquez, de 31 años, ocho veces campeón del mundo de motociclismo, seis veces rey de reyes, que ha dado el golpe invernal cambiando su Honda por la ‘Desmosedici’ de los campeones, ha dejado, así, de golpe, en el primer día de Mundial auténtico, a todo el mundo boquiabierto, estando siempre, en seco, con calor, sobre mojado y bajo la lluvia entre los cinco más rápidos, mejores.

Márquez brilla

Cuando llovió y en condiciones cristalinas, frágiles, con la pista como un espejo, ya saben, lluvia más reflejos de los focos sobre el asfalto, pilotaje de enorme riesgo, MM93 fue el mejor, sacándole un montón de décimas de segundo a todos los demás y exprimiendo sus prodigiosas manos, que jamás dejaron de ser las manos del mejor piloto de todos los tiempos.

Quienes estaban seguros de que Márquez acabaría sorprendiendo a todo el mundo desde su bautismo con la marca de Borgo Panigale no han quedado decepcionados. El caballero de Cervera (Lleida), ahora residente en Madrid, empieza a adueñarse de la Ducati del 2023 (¡suerte tienen los rivales de que es una ‘Desmosedici’ antigua!) y, aunque se niega a presentar su candidatura al podio, a la victoria, al título, ha decidido que, en cuanto pueda, es decir, ¡ya!, hoy, mañana y pasado, se lo pasará en grande.

Y si algo le hace gracia a Márquez es codearse con los mejores y, sobre todo, apadrinar, tal vez, desde la distancia pero con cierta ilusión y gracia, la carrera, impresionante, del mejor proyecto de piloto que jamás haya aparecido en el firmamento del motociclismo español (y mundial, sí, sí, mundial) desde la explosión de MM93. Se trata de Pedro Acosta, al que todo el mundo llama el 'tiburón de Mazarrón', un chaval desacomplejado, divertido, suelto, único, que es veloz por naturaleza sea una Moto3, una Moto2 y, de pronto, una MotoGP.

Acosta, que ha realizado una pretemporada impresionante, no solo en resultados, en cronos, en actitud, en aprendizaje, en información, ha dado su primer golpe sobre la mesa y, aunque aún no ha sido invitado a comer por los mejores, sí los ha puesto ya en alarma. Los hay como Aleix Espargaró (Aprilia), segundo cuando ha habido que correr mucho, que ya saben cómo se las gasta el ‘tiburón’, pues el adelantamiento que Acosta le ha hecho a Aleix fue para impresionarle, con la firma de un cachorro hambriento.

¡Menuda salvada!

Acosta insiste en que no está aquí para matar el rato. Comenta que MotoGP no tiene nada que ver con Moto3 y Moto2, de donde salió campeón, perdón, bicampeón, en solo 30 meses. Y, sí, dice que no piensa, ni pretende, quitarle a Marc Márquez, quien lleva ya años haciéndole guiños de complicidad y, sobre todo, lanzándole piropos, el récord de ganador más joven de la categoría reina. MM93 ganó su primer GP, en 2013, en Austin (EEUU), con solo 20 años y 63 días. Acosta tiene, ahora, poco más de 19 años. Tiene hasta Alemania, 10 carreras para arrebatarle ese premio.

Acosta está teniendo, que lo sepan, un debut calcado, idéntico, clonado al que protagonizó Marc Márquez, con Honda, en 2013. No solo sorprendió a todos sus adversarios en los primeros ensayos de aquella año, en el que acabó convirtiéndose en el campeón más joven de la historia, sino que dominó la cilindrada como quiso. “Pedro es un supertalento”, dijo Marc el jueves, “y no me extrañaría, no, que mejorase mi récord de preocidad ganando antes de Alemania”.

Acosta, que ha dominado su GasGas con una determinación espectacular, ha calculado la sabiduría de Márquez a la hora de protagonizar una ‘salvada’ en el mejor estilo del ocho veces campeón cuando, en una curva de derechas, su moto ha derrapado de la rueda trasera, su pierna izquierda ha quedado colgada en el aire y el ‘tiburón’, con un golpe de rodilla, de cadera y un puntito de gas, vamos, como suele hacer MM93, levantó la moto sin problemas.

"¡Uf!, ciertamente es fabuloso y muy, muy, divertido cuando todo se cuadra, cuando tú te sientes cómodo pilotando, cuando la gente que te rodea trabaja a tope y cuando la moto responde a lo que tú le pides y eso ha ocurrido, hoy, en mi primer día en MotoGP, lo que es estupendo", señaló un orgulloso Acosta, que reconoció sentirse sumamente contento "porque el año pasado, en Moto2, el peor resultado fue en lluvia, donde fue desastroso, y hoy, en lluvia, en mi debut con la MotoGP y de noche, que tampoco había rodado nunca, he acabado tercero, lo que está muy, muy, bien".

El 'tiburón de Mazarrón' no quiere hablar resultados. "Estoy trabajando duro, pero no para obtener un gran resultado sino para aprender lo más y mejor posible. En estos momentos, cada día es una incógnita y aunque todo está saliendo de maravilla es evidente que llegaran los problemas y tenemos que estar preparados para afrontarlos. Yo creo que el domingo por la noche, tras el primer GP, podemos, si quereis, hablar un poco más de cómo veo mi primer año entre tantos campeones".

Un Márquez distinto

Es evidente y hoy, en el primer día de Mundial, ha quedado demostrado, que estamos frente a un nuevo Marc Márquez, pues, pese a sus dos impresionantes resultados, tanto en seco como en mojado, continúa con el freno de mano puesto. "Claro que estoy contento del trabajo realizado. Por descontado que estoy contento del cambio realizado, de Honda a Ducati, pues cuando tomo una decisión la tomo hasta el final, hasta el fondo. Sigo teniendo los mismos problemas y ventajas del test, pero en agua esta moto me gusta, va bien, sí. Si hace una semana me dicen que llovería en Catar, le hubiese dicho al que me lo comentase 'tío, que te has fumado'. Y, sí, ha llovido, lo que me ha permitido probar la Ducati en agua e, insisto, me gusta, buen síntoma".

El piloto de Cervera cree que aún tiene varios pilotos por delante, que controlan muy bien la moto que él acaba de hacer suya. "Está Bastianini, está Bezzecchi, está, por descontado, Jorge (Martín) y 'Pecco' (Bagnaia), que, aunque no esté aún arriba, lo tiene todo, todo, por la mano y, cuando debamos apretar, apretará de firme. Y no olvidemos a Aleix (Espargaró) y a este chico que llega, a Acosta. Yo lo único que pido es completar mañana el trabajo y, sobre todo, conseguir un crono en la 'pole' que me permita salir entre las dos primeras filas, eso sería fabuloso".

Y, claro, Márquez habló de Acosta. "Lo repito es un supertalento. Tiene hambre, tiene velocidad, es valiente, es rápido con cualquier moto, viene a comerse el mundo y está haciendo un trabajo fabuloso. ¿Qué cosas tiene del Marc Márquez del 2013?, pues que viene de ganar, bien, con autoridad dos títulos, los dos títulos que te abren las puertas de MotoGP, y que sabe trabajar para progresar paso a paso. Lo tiene todo, todo, para ganar también en MotoGP".