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Denegada una petición de Tesla para evitar aranceles a componentes chinos

El ordenador que hace de 'cerebro' del Model 3 se fabrica en China, con lo que se le aplican unos aranceles del 25%.

Tesla Model 3 Performance.

Tesla Model 3 Performance. / TESLA

Redacción

Estados Unidos rechazó el pasado viernes la petición de Tesla para evitar los aranceles del 25% que Donald Trump impone sobre varios productos chinos en relación a un componente vital para el Model 3, su 'cerebro', un ordenador fabricado en China. De hecho, la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos rechazó la semana pasada más de 1.000 peticiones relacionadas con productos procedentes del país asiático.

Según las primeras informaciones, adelantadas por la agencia ReutersTesla y otras empresas habrían pedido una reducción o eliminación de estos impuestos pero todas las relacionadas con la tecnología, la biotecnología, la conducción autónoma, la robótica, la biofarmacia, la inteligencia artificial, los semiconductores o el sector aeroespacial han sido denegadas porque se consideran "estratégicamente importantes" para el plan "Made in China 2025".

'Made in China 2025'

El plan estratégico "Made in China 2025" lanzado por el gobierno del país asiático, busca impulsar la industria china en 10 campos estratégicos dominados actualmente por Estados Unidos. Este plan es uno de los temas más controvertidos en las negociaciones comerciales entre el ejecutivo de Donald Trump y el de Xi Jinping.

Aunque Tesla no ha emitido ningún comentario al respecto, ya admitió con anterioridad que los costes de producción de sus vehículos se han visto afectados por los impuestos a los productos importados desde el Gigante Asiático, ya que la firma estadounidense se vale de algunos de ellos para ensamblar sus coches. De hecho, la marca fundada por Elon Musk espera la resolución de otra petición de eliminación de aranceles para otro componente vital para su Model 3, la pantalla del interior, que también se produce en China.

Según Reuters, la negativa del gobierno estadounidense a eximir a dichas empresas de pagar los aranceles muestra claramente los esfuerzos de la administración para frustrar el desarrollo de toda la industria tecnológica china, industria que, según el mismo gobierno, se ha beneficiado del robo y la transferencia forzosa de propiedad intelectual de compañías estadounidenses.