Isidre Esteve: "Si pudiera, aún correría el Dakar en moto"

Isidre Esteve y su copiloto Txema Villalobos

Isidre Esteve y su copiloto Txema Villalobos, antes de partir hacia el Dakar / EFE

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Desde su primer Dakar en coche, en 2009, tras el accidente que le dejó en silla de ruedas, muchas cosas han cambiado, pero no la determinación, la ambición y la manera de hacer las cosas de Isidre Esteve, metódico y calculador. El piloto de Oliana afronta su cuarta edición sobre cuatro ruedas con el apoyo de Repsol, Vodafone, MGM y KH7, y avalado por sus prometedores resultados este año en la Baja Aragón (16º) y el Rally de Marruecos (9º). Le entrevistamos antes de poner rumbo a Perú.

¿Con qué objetivo tomará la salida el próximo 6 de enero? 

No vamos al Dakar solo a divertirnos, vamos a competir. Tenemos un coche mucho más competitivo y estamos mejor preparados. 

Desde la evolución del ‘cojín iteligente’ que usted impulsó, ¿vuelve a sentirse piloto total?

La discapacidad, con la ayuda tecnológica que tenemos hoy en día, no es ningún obstáculo para competir en igualdad de condiciones. Querer es poder.

Este Dakar discurrirá por un solo país, con más arena y dunas. ¿Qué espera de esta edición?

Es un nuevo formato, complicado y emocionante a la vez. Va a haber menos kilómetros de especiales pero mucho más intensos. Esperamos un Dakar difícil, especialmente en la primera semana. Pero mejor para nosotros cuanto más difícil, es cuando el equipo se exprime mejor. Habrá pocas etapas previsibles. Nos hemos preparado para mejorar los resutados anteriores y espero que así sea, pero lo bonito de las carreras es que una vez empiezan , el final es una incógnita

¿Cada vez que vuelve al Rally Dakar le da muchas vueltas pensando lo que ha costado llegar hasta aquí? 

No, para nada. Soy un privilegiado porque mi vida gira alrededor del mundo del motor y la competición. Lógicamente los proyectos cuestan, pero a todos les cuesta tirar hacia adelante. Cuando llego al Dakar intento disfrutar al máximo de aquello para lo que tanto hemos trabajado.

¿Es inevitable recordar sus tiempos en moto?

Es una etapa que se cerró. Gracias a que antes hubo un período de moto ahora hay uno en coche. El aprendizaje de entonces lo puedo aplicar al coche. Si no hubiese sufrido el accidente y físicamente me encontrase prepararado, es muy probable que siguiera corriendo el Dakar en moto. Pero esta nueva etapa en coche es fantástica y tengo la suerte de que algunos de mis rivales de ahora lo fueron también en moto. Gente como Nani Roma, Cyril Despres o Peterhansel… esta muy bien. Y además esto es el máximo exponente del deporte inclusivo, que permite que personas con discapacidad compitamos en igualdad de condiciones. Hay que agradecérselo a la Federación Española y a la Internacional. 

¿Cómo ha cambiado su mentalidad desde su primer Dakar? 

En e 98 salí de París para llegar a Dakar. Fue un gran reto. Pensaba: “Voy a descubrir Africa. A ver si lo lograré”. Aquella fue la experiencia de mi vida. Después, el Dakar se convirtió en mi vida, a nivel profesional, y desde que tuve el accidente, en 2007, he luchado para que siguiera siendo así.

¿Qué es lo más complejo para un piloto discapacitado en el día a día de la carrera? 

Los problemas técnicos lo son para todos. Para nosotros, la diferencia es que requiere mayor planificación. Tienes que anticiparte a los problemas de movilidad fuera del coche, en el campamento. Pero nosotros, en la vida cotidiana ya tenemos estos problemas, así que es algo que hemos interiorizado y sabemos cómo adaptarnos.

¿Qué es lo más bonito que le ha sucedido en la carrera desde que regresó tras su accidente? 

Lo mejor es cómo me trata la gente que me conocía de antes, los rivales, los compañeros… me tratan igual que siempre. Y eso es lo más bonito porque soy la misma persona. Lo que más agradezco es la normalidad.

Supongo que lo peor fueron las llagas de 2009, su primer año en coches… 

Por supuesto. Cuando terminé aquella edición pensaba que sería cosa de ‘chapa y pintura’ y tardé año y medio en recuperarme, tumbado en una cama. Pero incluso de las peores experiencias puede salir algo positivo. Aquello nos llevó a trabajar para que se desarrollase el ‘cojín inteligente’ que ahora me permite competir en igualdad de condiciones y con una seguridad enorme. Aunque el precio que pagamos fue muy alto…

¿Cree que el Dakar acabará volviendo a Africa, a sus orígenes? 

No lo pienso. Salió de África por un problema de seguridad. Ahora tenemos un Dakar diferente en Sudamérica, muy competitivo, pero que no tiene la magia de ese continente. Si algún día volvemos será porque África ha recuperado la estabilidad política y esa será la gran noticia, no que vuelva el Dakar allí.

Tras 13 edciones del Dakar ¿todavía hay nervios antes de empezar? 

Siempre los hay en cualquier cosa que te importe de la vida, carreras, trabajo, pareja, hijos….