Historia SPORT

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Historias del Desierto | Cuidar los ‘pequeños’ detalles

El potencial es grande y la fiabilidad, también. Sainz y Brabec son los favoritos y sus equipos no pueden permitir que se les escape la victoria 

Audi y Honda tienen que saber jugar sus cartas en las tres etapas que restan para la conclusión del Dakar

Peterhansel, escudero de 'lujo' para Sainz en Audi

Peterhansel, escudero de 'lujo' para Sainz en Audi / ASO

Josep Viaplana

Josep Viaplana

La partida está a punto de acabar. Queda poco más de mil kilómetros divididos en tres etapas para conocer los vencedores de un Dakar que Carlos Sainz (Audi) y Ricky Brabec (Honda) tienen en franquicia. Puede pasar de todo, evidentemente, la distancia aún es larga y la etapa 10 y la 11 se auguran complicadas, con el riesgo de pinchar y con las diferentes mecánicas muy justas después de una de las ediciones más difíciles, competidas y rápidas de los últimos tiempos.

La ventaja de Sainz y Brabec queda reflejada en la clasificación. El madrileño cuenta con 20:33 de diferencia con Sébastién Loeb (BRX) y el estadounidense dispone de 7:09 con respecto a Ross Branch (Hero), la gran sorpresa del rally. Son distancias importantes, pero en la historia del Dakar se han dado muchas circunstancias inesperadas y nadie puede dar por hecho nada hasta que el viernes se cruce bajo la bandera a cuadros.

El punto más fuerte de Carlos Sainz y Ricky Brabec, merecidos líderes, son sus máquinas y sus respectivos equipos. Tanto el Audi como la Honda se han mostrado como las mejores y más fiables de la presente edición. Ahora es el momento que el equipo, además de mostrar fiabilidad, sepa jugar la carta de la gestión de la carrera. Lo que va a pasar de aquí al final, de los nervios que haya en una carrera estresante, dependerá en gran manera de cómo se gestione y, por tanto, de la ayuda que reciban de sus compañeros de equipo.

Se espera que a estas alturas haya órdenes de equipo, aunque no podemos olvidar que HRC dispone a tres pilotos entre los cuatro primeros, con lo que no será fácil convencer a Adrien Van Beveren (11:26) y a José Ignacio Cornejo (13:46) que trabajen para el líder. Todo apunta a que Ruben Faria, el portugués que ejerce el mando, les dejará correr y tendrá a Pablo Quintanilla como escudero del Brabec.

En el caso de Audi parece más claro. De hecho, ya se puso de manifiesto en la novena etapa. Stéphane Peterhansel, que partía delante de Sainz, se paró después de la salida y realizó toda la etapa detrás de Carlos por si requería cualquier ayuda y con la máxima rapidez. Mattias Ekström, que idealmente tenía que haber cumplido esta misión en la décima etapa, perdió tiempo y la novena plaza hará que tome la salida más retrasado que el francés. Si el sueco hubiese quedado por delante de Carlos podría salir y esperar al madrileño para salvaguardarle las espaldas por cualquier contratiempo. Por el contrario, será Peterhansel quien salga más cerca de Sainz, pero lo hará a 15’, con lo que hay un riesgo suplementario.

Falta poco, pero aún está en el aire y los pequeños detalles pueden marcar las diferencias.