EXAMEN DE CONDUCIR

5 cosas a evitar en el examen práctico

Unos trucos para que los nervios no te jueguen una mala pasada durante el examen práctico de conducir.

examen conducir

examen conducir / motor

La huelga de examinadores se ha convertido en un problema endémico a la hora de sacarse el carnet e incluso las autoescuelas se han manifestado ante el Congreso debido a las consecuencias de tal parón. La vida sigue y los jóvenes se pondrán en marcha en cuanto la situación les permita acceder a los exámenes sin una lista de espera interminable. En ese momento los nervios volverán a ser el tema del que hablar la noche de antes. Bajo presión cada persona es un mundo, y dichos nervios pueden actuar de formas muy distintas hasta hacernos perder el control e impedirnos demostrar de lo que somos capaces al volante. Si estás a punto de subir a examen y no quieres cometer ningún fallo sigue estas pautas muy sencillas, relájate antes de subir al coche y convéncete de tus posibilidades.

EL EXAMINADOR NO ES UN COLEGA

Para muchos la mejor forma de expulsar los nervios es mediante la palabrería ininterrumpida y sin sentido en busca de la aprobación de los demás. El examinador puede ver tu ansiedad a través de tu comportamiento por lo que es mejor no pasarse de la raya, él no es un amigo ni lo será (probablemente) así que deja la función de entretenerlo a tu profesor y concéntrate.

EL EXAMINADOR MANDA

Si por casualidad el recorrido del examen tiene lugar por una zona conocida la suerte está de tu parte. Eso sí, nunca discutas con el examinador la ruta escogida, sigue las órdenes y no caigas en las trampas más sencillas. Debes seguir sus indicaciones sin saltarte la ley así que no actúes como un robot, mira a tu alrededor y cumple la normativa.

LAS DOS MANOS AL VOLANTE

Tanto si has hecho trampas como si tu confianza es sobrehumana mantén las manos en el volante y muévelas lo justo y necesario. Conducir con una mano en el cambio puede parecer “molón” pero supone un motivo de suspenso y no te permite tener el control del vehículo.

LOS EXTREMOS SON MALOS

Está claro que durante el examen no nos pondremos a 80 kilómetros por hora en plena ciudad pero todos los extremos son perjudiciales, no hace falta ir a 20 km/h. El miedo y la inseguridad pueden comportar lentitud y una exageración en nuestros movimientos con paradas innecesarias así que (pese a que los nervios nos carcoman) intentad siempre actuar con normalidad y circular a una velocidad media ajustada a la vía.

VIOLENCIA CERO

El coche puede convertir al más simpático y amable en un ogro a punto de estallar. Los comportamientos indebidos de otros conductores, las interminables esperas ante semáforos y los transeúntes despistados pueden terminar con la calma de cualquiera pero no durante un examen. El claxon y las bufadas de mal carácter están totalmente prohibidas, que la paz inunde tu interior.