Calentamiento global

Jarro de agua fría para el clima: China acelera la electricidad con carbón

El gobierno ordena que las centrales con este combustible "funcionen a plena capacidad"

Industrias en China

Industrias en China / Xiaolu Chu

Joan Lluís Ferrer

Un verdadero paso atrás en las expectativas de protección del clima. Esto es lo que supone la decisión que acaba de anunciar China para acelerar la producción de carbón destinada a sus centrales térmicas. Esto supondrá disparar las emisiones de gases de efecto invernadero en un tipo de instalaciones que parecían llamadas a ser cerradas paulatinamente.

China es el mayor emisor del mundo de los gases de efecto invernadero responsables del cambio climático y se ha comprometido a alcanzar un máximo de emisiones para 2030 y convertirse en carbono neutral para 2060.

China ayudará a que sus centrales eléctricas de carbón “funcionen a plena capacidad”, según ha anunciado el gobierno, lo que ha generado alarma entre los científicos y otros países sobre el destino de las promesas climáticas de Beijing.

Amplios sectores de la segunda economía más grande del mundo se paralizaron el año pasado debido a la escasez de energía, en parte causada por una caída en el suministro de carbón, a medida que los precios mundiales de este combustible fósil se dispararon.

Por ello, para paliar dicha escasez, la producción de carbón se ha incrementado de forma notable, lo que genera incertidumbre y preocupación sobre la situación en que queda el cumplimiento de los objetivos climáticos.

Central térmica en China

Central térmica en China / Pixabay

Esta nueva estrategia energética fue acordada en una reunión de alto nivel del Consejo de Estado de China, presidida por el primer ministro, Li Kequiang, según dio a conocer este martes la agencia estatal de noticia Xinhua.

"A plena capacidad"

En la reunión del lunes se decidió que "se incrementará el suministro de carbón y se apoyará a las centrales eléctricas de carbón para que funcionen a plena capacidad y generen más electricidad", al objeto de satisfacer la demanda industrial y residencial, según Xinhua.

La medida se aprueba semanas después de que el presidente Xi Jinping ordenara a los principales gestores energéticos del país que se aseguraran de que las reducciones de emisiones no perjudiquen el crecimiento económico y la seguridad energética. Dicha orden se interpreta como una señal para suavizar considerablemente las restricciones impuestas en el sector del carbón.

Tras la crisis energética del año pasado, China reabrió docenas de minas de carbón y eliminó las cuotas de producción, rectificando así los pasos dados anteriormente para reducir las emisiones.

Mina de carbón en China

Mina de carbón en China / efe

La producción de carbón del país alcanzó un récord de más de 4.000 millones de toneladas métricas el año pasado, el más alto en una década, después de que la pandemia interrumpiera las importaciones.

Dos tercios de la economía de China se alimentan de carbón, y se estima que genera el 29 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, el doble de la participación de EE. UU. y tres veces la de la Unión Europea.

Las medidas del gobierno chino para frenar las emisiones se consideran cruciales para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados, como se acordó en el histórico acuerdo climático de París.

“Estamos volviendo al modelo de apoyo a la economía a toda costa”, dijo Li Shuo, activista de Greenpeace-China.

"China está perdiendo tiempo para una acción climática crucial", añadió en declaraciones a AFP.