BOXEO

El combate del siglo fue otro paseo para Mayweather

El púgil estadounidense dio una clase magistral de boxeo en el MGM de Las Vegas y endosó su primera derrota a un superado 'Canelo' Álvarez

David Rubio

El combate que enfrentaba al estadounidense Floyd Mayweather Jr. y al mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez podría quedar resumido de forma acertada con las primeras palabras que pronunció el de Guadalajara tras su derrota. “No supe cómo agarrarlo. Se me iba, se me iba…”. Y tenía toda la razón, aunque habría que preguntarse cómo preparó la pelea el mexicano, porque tal y como se desarrolló era absolutamente imposible que tuviera opciones. Y eso que un juez (D.J. Ross), que debería ser suspendido de por vida, dio empate a 114 puntos. Los otros sí tenían las gafas limpias y vieron el mismo combate que el resto del planeta (117-111 y 116-112).

Ambos boxeadores se presentaban con el cartel de invictos y se jugaban el título mundial supermedio, así como unas bolsas descomunales, sobre todo para ‘Pretty Boy’. El hijo de Mayweather se embolsó 41,5 millones de dólares (31,2 millones de euros) y el mexicano cobró cinco millones de dólares (3,8 de euros). Y la pelea batió récords en el ‘pay per view’, alcanzando según cifras aún estimatorias los 100 millones de dólares (75,2 de euros)

A la hora de comentar la pelea, lo cierto es que apenas tuvo historia… Mejor dicho, la historia fue siempre la misma. Sin embargo, además de la superioridad de Mayweather en todos los aspectos, quizá sí podría encontrarse una explicación que aclare un poco lo sucedido. El estadounidense dio las 152 libras pactadas (68,95 kilos) sin problemas en el pesaje, mientras que el mexicano sufrió para no tener que pagar multa. Sin embargo, un día después la diferencia era más que visible y se comenta de forma extraoficial que Mayweather saltó al ring con 150 libras (68,39 kg.) por las 165 (74,82 kg.) de su rival.

Si Mayweather ya es de por si más rápido que todos sus rivales, esa diferencia de peso jugó aún más en su favor. Mucho más lento, el Canelo no encontró nunca la distancia idónea ante ‘Money’, que se dedicó a hacer lo que más le gusta sin arriesgar apenas arriesgar, Los asaltos eran un calco. El Canelo llevaba la iniciativa de forma solo aparente, pero veía como Mayweather, con su tradicional guardia baja, conectaba los mejores golpes y acto seguido se marchaba como una exhalación, ofreciendo una cátedra de cómo esquivar los golpes, ya sea con el cuerpo con la cabeza.

De hecho, el mexicano no llegó a poner en apuros a su rival en ningún momento y de esta forma, Mayweather dio un nuevo paso hacia el Olimpo del boxeo. Cada vez es más difícil negarle la condición de mejor boxeador del planeta libra por libra por mucho pueda caer más o menos simpático, o que su manera de pelear no termine de enganchar quizá por ser demasiado superior. De esta forma, Mayweather mantiene el invicto después de 45 combates (26 por KO), mientras que Saúl Álvarez perdió por primera vez como profesional y su récord queda en 42 triunfos (30 antes del límite), la derrota de ayer y un nulo en los comienzos de su carrera contra Jorge Juárez en 2006.

En cuanto a la otra gran pelea de la noche, el estadounidense Danny García rompió los pronósticos y se impuso al argentino Lucas Matthysse en una dura batalla cuya clave fue el cabezazo en el séptimo asalto que dejó el ojo derecho del perdedor en una situación muy complicada. García se presentaba invicto y como campeón del Consejo Mundial y de la Asociación Mundial del peso superligero (26 victorias, 16 de ellas por KO), mientras que Matthysse presentaba un récord que daba miedo por su letal pegada con 34 triunfos (32 antes del límite) y dos derrotas. De salida, García sorprendió a su rival y llevó la iniciativa, ganando los tres primeros asaltos. En el cuarto resurgió Matthysse, exhibiendo sus poderes y conectando varios golpes de mérito. Sin embargo, fue un espejismo, ya que el quinto y el sexto fueron al menos nulos. En el séptimo, el referido cabezazo hinchó en demasía el ojo al argentino y, pese al gran trabajo de su esquina, acusó la falta de visión ante un rival que lo estaba superando. Ni siquiera el punto que perdió García por un golpe bajo en el último asalto tuvo apenas importancia en una decisión que esta vez sí fue unánime (114-112, 114-112 y 115-111),