El Villamarín condena a Setién

El Getafe gana, sigue intratable y acentúa la crisis del Betis

El Getafe gana, sigue intratable y acentúa la crisis del Betis / LALIGA

X. Serrano

La audiencia bética dictó sentencia: el crédito de Quique Setién se acabó. Los murmullos iniciales evolucionaron en pitidos y culminaron en gritos de "Quique, vete ya". El técnico cántabro concentró el enfado de una afición desilusionada y ya sin paciencia. El Getafe fue la gota que colmó el vaso. Los azulones se llevaron merecidamente los tres puntos del Benito Villamarín (1-2).

Por mucho que se repita no deja de sorprender cómo de caprichoso es el destino. Tenía que ser precisamente contra el Getafe, contra Bordalás, que el proyecto de Setién en el Betis alcanzara su momento de mayor descrédito. El duelo prometía ser un pulso de estilos contrapuestos, dirigidos por dos técnicos antagónicos que no se pueden ni ver.   

Lo que marcó la diferencia sobre el verde del Villamarín fue la confianza, las dinámicas opuestas que acompañan a ambos equipos. En todo momento se vio desdibujado al Betis, consciente del tenso ambiente que aguardaba en las gradas tras las eliminaciones en Copa del Rey y Europa League en apenas una semana. 

Tan acomplejado está el cuadro verdiblanco como agigantado el Getafe, dispuesto a reivindicarse en el escaparate del fútbol de toque. También a encadenar su quinto partido liguero sin perder, claro. En fin, el duelo se puso pronto de cara para los azulones, cuando a los 20 minutos Cabrera superó el débil marcaje de Feddal para cabecear un córner al fondo de la red. 

Golpe duro para el Betis, que de inicio había apostado por los desplazamientos en largo y un fútbol más directo para superar al compacto Getafe. La desventaja hizo aflorar los nervios del cuadro verdiblanco. Nada salía bien. Canales erraba un control, Bartra perdía un balón dividido, Pau López fallaba en un despeje... Y crecían los murmullos, nacían los pitidos. "Quique, vete ya", se arrancaba un sector de la grada. 

Mientras, crecía el Getafe. Asfixiante en la presión, vencedor en cada rechace y muy peligroso al contraataque. Se mascaba la tragedia. Avisó Molina, atajado primero por Pau López y después tapado en el área chica. El Betis apenas cruzaba la medular, los abucheos ya eran mayoritarios. Y sobre el verde, Mata consagró el naufragio andaluz. Molina lo plantó ante Pau y el ariete no falló. 

Llegó el descanso y el concierto de silbidos fue abrumador. Setién intentó hacer reaccionar a su equipo. Dejó en el vestuario a Barragán Sergio León, salieron Jesé Joaquín. Mejoró el Betis, más profundo y dominador. El eterno capitán culminó una gran acción individual de Carvalho para devolver la fe al coliseo verdiblanco, que ahogó su éxtasis cuando a renglón el colegiado anuló el empate de Jesé por fuera de juego.

Murió en la orilla el Betis, completamente fundido en su sala de máquinas y carente de profundidad. La mejoría mostrada en el segundo acto no libró del abucheo final a Setién, cada vez más en entredicho. Sonríe Bordalás. El Getafe se consagra en la zona Champions.