Teresa Perales ya tiene a tiro a Michael Phelps

Ganó su medalla número 27 en los 50 espalda y ya está a una de igualar al laureado norteamericano

"Esta es la medalla más especial de mi carrera deportiva por lo que ha costado"

Teresa Perales celebra eufórica la plata en Tokio

Teresa Perales celebra eufórica la plata en Tokio / CPE

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Es toda una leyenda en el mundo paralímpico. Ya se ha dicho todo sobre Teresa Perales, la ganadora nada menos que de 27 medallas paralímpicas sumando la que conquistó este lunes en el Centro Acuático de Tokio. Pero quiere más.

Teresa está en Japón, sus sextos Juegos Paralímpicos, donde ha llegado algo mermada por una lesión de hombro izquierdo que se produjo en el Europeo de Madeira el pasado mes de mayo y del que se operará la próxima semana, pero finalmente logró un mínimo de condiciones para competir.

La zaragozana de la sonrisa eterna, logró la quinta plaza en los 100 libres S5 y en el relevo 4 x 50 libre mixto -diplomas olímpicos- y este lunes compitió en los 50 espalda S5 donde acabó segunda con un tiempo de 43.02, por los 37.18 de la china Dong Lu, nuevo récord del mundo. Todavía le queda una prueba en Tokio 2020, el 4x100 que nadará el 2 de septiembre.

Con esta medalla ya son 27 (7 oros, 10 platas y 10 bronces) las que tiene en su vitrina, a solo una del mítico número 28 de Michael Phelps, al que quiere alcanzar sí o sí: "Igualar no, quiero superarle", asegura todavía mojada y en bañador tras tocar la pared segunda.

Pero lo consiga o no, Teresa es leyenda y en Tokio está agrandando más su mito. Daba igual ya si llegaban más medallas o no, aunque ella las quería: "Así no me queda ese hueco allí", comentó sonriendo. Solo por el hecho de estar aquí ya es una medalla de oro para esta nadadora de 45 años, casada y con un hijo quien ahora es, desde luego, su prioridad.

La gran abanderada del deporte paralímpico

Su esfuerzo va mucho más allá de la piscina, pues su labor para normalizar el deporte adaptado es incomparable. Gracias a sus múltiples conferencias, coloquios, mesas redondas o documentales que le han hecho, la sociedad comprende un poco mejor qué significa ser un deportista paralímpico o una persona con algún tipo de discapacidad. Su labor en este sentido le valió incluso el premio Princesa de Asturias en 2021

Perales, Diplomada en Fisioterapia y Experta en Coaching personal y deportivo, nació sin ningún tipo de discapacidad, pero a los 19 años sufrió una neuropatía y perdió la movilidad en ambas piernas y la silla de ruedas se convirtió en su mejor amiga desde entonces. Con ella va a todas partes, conduce, acompaña a su hijo donde sea, se vale por ella misma desde hace muchísimos años. No andar no es un problema para Teresa quien, además, tuvo que cuidar de su madre durante la pandemia.

A base de 'rasmia' zaragozana

"Le he puesto 'rasmia', esa palabra zaragozana que define perfectamente lo que he hecho. Poner lo que hay que poner", aseguró Teresa.

Reconoce que "la intención era entrar en medalla, pero una cosa es lo que yo quería y lo que he soñao y para lo que he trabajado durante cinco años y otra cosa es la realidad que no es otra que venía muy tocada del hombro, que antes de entrar en la piscina estamos recolocando los dos hombros pero sobre todo el izquierdo que se coge por pinzas, así que podemos decir que esta medalla casi roza el milagro y la demostración de lo que es la voluntad humana".

El objetivo de Teresa en Tokio era "disfrutar muchísimo" dijo tras reconocer que sin todas las personas que ha tenido detrás hubiera sido imposible.

Desveló que hubo gente que incluso le dijeron que se quedara en España: "Decían que no iba a ganar ninguna medalla y yo quería intentarlo y lo he conseguido".

Reconoció que uno de los motivos por los que le hacía mucha ilusión venir a Tokio era por "nadar el 4x100 porque hacía mucho tiempo que no teníamos un relevo tan competitivo en Juegos".

No esconde que su objetivo sigue siendo superar a Michel Phelps en cuanto a número de medallas: "Habrá que estar en París porque si cae medalla en el 4x100 en Tokio le igualaría pero habrá que ir a superarle, lo intentaremos. De momento el objetivo era llegar aquí e intentar ganar y ahora toca hablar con mi hijo".

La medalla más especial

La nadadora zaragozana reconoció finalmente que de todas las medallas "esa es la más difícil que he conseguido. Es la que más me ha costado de toda mi carrera y esta va a ser la más especial de mi carrera deportiva, por todo lo que demuestra que es que cuando tiende muchas ganas puedes conseguirlo".