Ray Zapata ve truncado su sueño y cierra los Juegos sin premio

Decepción. Esta es la sensación con la que Ray Zapata abandonó el Arena Olímpica de Río. Aspiraba a podio en suelo e incluso Gervasio Deferr había advertido que no era arriesgado pensar en el oro. Pero las cosas no siempre salen como uno quiere. Ser bronce en el Mundial de Glasgow le llenó de optimismo de cara a Río. Llegaba a los Juegos con las expectativas a tope. Ray sabía que todo era posible. Pero salió cruz. Y se acabaron los Juegos para él.

Los jueces le dieron una nota de 15,083 a su ejercicio. Una nota baja para poder entrar a la final, reservada a los ocho mejores. Ray solo pudo ser undécimo. Una lástima. Con esa nota Zapata sabía que no entraría. Necesitaba como mínimo 15.400 puntos para luchar con los mejores por el podio y se quedó muy lejos. 

¿Qué hizo mal Zapata para que le puntuaron bajo? Lo cierto es que la puntuación pareció de entrada más baja de lo previsto. Incluso injusta. El ejercicio era bueno. Fernando Siscar, el seleccionador, estaba convencido de que le puntuarían mejor. Aplaudió a su pupilo pensando que la final estaba ahí. Pero Ray durante las diferentes series del ejercicio dio pequeños pasitos que no pasaron desapercibido a los jueces. Le penalizaron por ello y al mismo tiempo robaron un sueño a este gimnasta que llegó de Santo Domingo a Lanzarote donde estaba su madre buscando nuevas oportunidades en la vida de las que le ofrecía su país.

Ray regresará decepcionado a España, pero es joven solo tiene 23 años y seguro que tiene nuevas oportunidades. Ahora toca reflexionar y trabajar más si cabe. Tokio 2020 le espera.