Crouser y Sara Kolak, dos jóvenes campeones en peso y jabalina

Las dos finales de lanzamientos previstas para la jornada nocturna del jueves (madrugada del viernes en España) coronaron a dos jóvenes atletas como nuevos campeones olímpicos. En peso el estadounidense Ryan Crouser partía como uno de los favoritos, mientras que en jabalina la croata Sara Kolak dio una de las grandes sorpresas de estos Juegos.

La primera en concluir fue la final de peso masculina, que se presentaba como un duelo entre los estadounidenses Joe Kovacs (22,13 este año) y el propio Crouser (22,11) frente al neozelandés Tomas Walsh (21,78), sin olvidar al emergente polaco Konrad Bukowiecki (21,14) o al reputado alemán David Storl (21,39).

Sin embargo, Crouser, de solo 23 años, no dio opciones a sus rivales desde que envió la bola a 22,22 metros en su segundo intento para ponerse por delante de su compatriota Kovacs (21,78). No contento con ello, amplió su ventaja en la cuarta ronda (22,26) y en la quinta (22,52) para batir por cinco centímetros el vetusto récord olímpico que poseía el alemán democrático Ulf Timmerman desde Seúl'88.

Tras un estelar Crouser, la plata fue para Kovacs (21,78) y el bronce para Walsh (21,36), mientras que el veterano supercampeón polaco Tomasz Majewski fue sexto y Bukowiecki quedó fuera de la mejora con tres nulos.

Lo que nadie esperaba es que Sara Kolak, de tan solo 21 años, se coronara campeona olímpica en lanzamiento de jabalina. La croata, que partía con una mejor marca de 64,30, acreditaba la segunda peor marca personal y la tercera más floja de la temporada entre las 12 finalistas.

Pues bien, ella estuvo sensacional y en su cuarto intento mejoró ambas por casi dos metros para establecer un nuevo récord de Croacia con 66,18 que le valió para colgarse un oro fuertemente inesperado.

La plata fue para la sudafricana Sunette Viljoen (64,92) y el bronce para la genial checa Barbora Spotakova (64,80), que al menos pudo subir al podio tras su fiasco en el Europeo de Amsterdam.