Para muchos lectores, Paul Auster era uno más de la familia. Los más veteranos le descubrieron con sus primeros libros, especialmente con la imbatible ‘Trilogía de Nueva York’, que quedará ya en la cumbre de una trayectoria de 34 libros, y pasaron su recomendación a los amigos como una buena nueva que había que predicar. Lo más jóvenes le coronaron tiempo después, ya entrado el siglo XXI, quizá con obras que quizá ya no estaban a la altura de sus primeros y mejores trabajos, pero donde su inagotable inventiva y, sobre todo, su prosa dinámica e hipnótica sutilmente cargada de misterio, marca de la casa, seguía funcionando a la perfección. Para unos y otros, la última novela de Auster solía ser una cita ineludible y gozosa.

Muere Paul Auster, el chico maravilla de la literatura norteamericana (leer noticia)