Ranieri ya permite soñar a los fans del Leicester

Leicester sueña y Claudio Ranieri ya no sabe donde esconderse para evitar ser arrastrado por la euforia que rodea Filbert Way, la sede donde se asienta el King Power Stadium y que vive en estado de felicidad permanente. "No sé si somos candidatos al título en este momento..." se le escapó al entrenador italiano tras la goleada al Stoke City. Un sueño...

El Lester duerme líder el sábado después de sumar 47 puntos en 23 jornadas. Hace un año, a estas alturas, era colista con 17 y soñar con la salvación comenzaba a ser tan utópico como lo es ahora pensar en la conquista de un título que no ha logrado en toda su historia.

Y hace apenas dos meses Ranieri aún jugaba a otra cosa. "El objetivo es la salvación" repetía el entrenador italiano allá por noviembre, cuando su equipo alcanzó el liderato tras jugarse 13 jornadas. 

Hoy la situación ya la dibuja con otro ánimo. "Después de este mes ya se puede decir más" reconoció Ranieri, intentando, pero sin conseguirlo, morderse la lengua ante el ambiente de euforia desatado. "Nuestros aficionados viven un sueño" admitió antes de dar un baño de realidad: "Vamos a tener un mes de febrero muy exigente, con partidos muy complicados".

"Nadie puede creerse nuestra situación" continuó el héroe de Leicester, que descubrió que había pedido a sus jugadores hace varias semanas un esfuerzo extra "porque era muy importante acabar el mes de enero en primer lugar". ¿Y a partir de ahora? "seguir con el mismo ánimo, pero conscientes de lo que nos viene".

Lo que le viene al Lester en la Premier es el triple salto mortal. Liverpool en el King Power Stadium y doble desplazamiento a Manchester (City) y Londres (Arsenal). La lógica apunta a un despertar, dulce a pesar de todo, de este sueño. Pero visto lo visto, nadie se atreve ya a descartar a los foxes.

Leicester disfruta. Ama a Ranieri... Y Lineker empieza a sospechar que quizá deba presentar su programa de la BBC en calzoncillos. "Los fans se han ganado el derecho a soñar" repite en voz baja el entrenador italiano... mientras su nombre resuena en Filbert Way, aclamado a coro por una hinchada que le venera ya sin discusión.