El árbitro que pudo cambiar el desenlace de la Premier

Si lo del Leicester es un cuento de hadas, Jonathan Moss estuvo a punto este domingo de convertirse en la bruja malvada del mismo. El colegiado del encuentro entre los 'foxes' y el West Ham fue el gran protagonista de la recta final del choque con cuatro decisiones que influyeron en el resultado.

El festival arbitral del Leicester-West Ham empezó en el minuto 56 con la expulsión de Jamie Vardy. El delantero vio la segunda amarilla por dejarse caer al entrar al área y el colegiado no dudó en sancionar la simulación sin importarle si hubo contacto o no entre el ariete local y el defensa del West Ham. Viendo la repetición, si bien es cierto que Vardy exagera la caída, parece exagerado expulsar al delantero por ese motivo puesto que los dos jugadores pugnaron cuerpo contra cuerpo.

La siguiente jugada polémica llegó en el minuto 84, cuando no dudó en señalar penalti de Wes Morgan sobre Reid en un forcejeo dentro del área. Como en la anterior situación, con un criterio más que dudoso, puesto que hay contacto pero quizá no lo suficiente para que fuera penalti. De hecho, si señaló penalti por el forcejeo de Morgan con Reid lo coherente hubiera sido que el agarrón de Ogbonna a Huth cinco minutos después en una acción mucho más clara. Y no lo hizo.

Para cerrar el partido, quizá con remordimientos, sí pitó penalti en una acción de Carroll sobre Schlupp en el lateral del área. En esta ocasión, como en las anteriores, la jugada también fue bastante dudosa.