El Palau cumple y el Liceo sorprende para estar en semifinales

El Palau de Plegamans y el Vila-Sana son los primeros finalistas de la Copa de la Reina de hockey patines, que se disputa en el Pabellón Onze de Setembre de Lleida. En el partido que inauguraba la competición, el Palau, reciente campeón de Europa, se impuso a un Cerdanyola que presentó más batalla de la que se podía prever.

Las chicas de Ivan Sánz vieron como desde el inicio del partido el Cerdanyola quería coger la iniciativa y a los diez minutos, Maria Figuerola materializaba en el marcador las intenciones de su equipo. Despertó el Palau tras el gol y reaccionó por medio de Aina Florenza que empató el partido a siete minutos del descanso.

En un último minuto frenético el Cerdanyola volvía a adelantarse antes de que Laura Puigdueta primero y Mariona Colomer después le dieran la vuelta con dos zarpazos. Tras el descanso, el partido cambio de dinámica y el Palau dominó el partido marcando el ritmo y sentenciando con el cuarto gol, otra vez de Aina Florenza.

El Liceo da la campanada

Un autentico partidazo depararon Liceo y Vila-Sana en la segunda semifinal. Esta vez, no se cumplieron los pronósticos y el Liceo dio la sorpresa y se impuso en la tanda de penaltis. Las gallegas impusieron su ley desde el principio y ya a los diez segundos María Sanjurjo adelantaba a su equipo. Pese a la rápida reacción del Vila-Sana con el gol de Luchi Agudo, las coruñesas no se dejaron intimidar y con los goles de Soto y de Sanjurjo, de nuevo, volvieron a ponerse por delante.

El Vila-Sana reaccionó nuevamente y con dos goles más de Luchi Agudo llevaron el partido a una prórroga que no dejó indiferente a nadie. Sanjurjo firmaba su tercer gol con una autentica obra de arte, pero de nuevo volvía a responder el Vila-Sana, esta vez de penalti, mediante Flor Felamini.

La tanda de penaltis debía decidir quién se llevaba el gato al agua y gracias a la gran actuación de Vero Caretta, la portera italiana del Liceo, y los goles de Soto y Gaete decidieron la lotería para un Liceo, que con todo merecimiento, se apunta la primera campanada de la Copa.