Grandes goles del pasado

George Weah, un 'coast to coast' para el Balón de Oro

El goleador liberiano marcó un tanto antológico ante el Verona en el que se recorrió todo el terreno de juego con el balón en los pies

Sergio Garcia

Ni Pelé, ni Maradona. George Weah tuvo el privilegio de ser el primer jugador no europeo en recibir el Balón de Oro. Lo hizo en 1995, cuando se suprimió la condición que establecía que, para optar al galardón, los jugadores debían tener la nacionalidad europea.

Este corpulento liberiano, descubierto por Arsène Wenger cuando dirigía al Mónaco, enamoró en la Liga francesa a finales de los ochenta y principios de los noventa. Su buen hacer en El Principado le valió para fichar por un PSG que no necesitaba de petrodólares para imponer respeto.

Tras demostrar su potencia y hambre goleadora en Francia, Weah finalmente fichó por un clásico de Europa en mayo de 1995, el AC Milan. Antes de incorporarse a la escuadra rossonera, sin embargo, ganó los títulos más importantes de la competición gala y se convirtió en el máximo artillero de la Copa de Europa durante la temporada 1994/95, con siete tantos.

Fue precisamente durante esa temporada cuando recibió el Balón de Oro y el FIFA World Player que le acreditaba como mejor futbolista del mundo.

En Milán, George Weah tampoco defraudó y dio muestras de un físico imponente. En el calcio italiano, el ariete africano también conquistó dos Scudettos -uno durante su primer curso - y dejó para el recuerdo goles antológicos.

Uno de ellos lo marcó el 8 de septiembre de 1996, en el primer encuentro de la Serie A de la campaña 1996/97. Cuando la mayoría de futbolistas ya estaban desfondados en el césped, en el minuto 89 de encuentro, George Weah se recorrió todo el terreno de juego para firmar una obra de arte.

Fue ante el Hellas Verona y San Siro enloqueció con el explosivo y descomunal arranque del liberiano. Ningún defensor pudo pararle en una jugada que duró 15 segundos y en la que el atacante dio 14 toques. Un 'coast to coast' que quedará grabado eternamente en la memoria de los tifossi.