Fontanarrosa en estado puro: todos sus cuentos de fútbol, reunidos

"Fontanarrosa nunca alcanzó a convertirse en un astro del balón por dos pequeños defectos: 'uno es la pierna derecha y el otro, la pierna izquierda".

La frase que el periodista Enric González escribe en el prólogo de 'Puro fútbol', el libro de cuentos futboleros de Roberto Fontanarrosa, describe a la perfección el carácter del personaje. Cáustico, irónico, con un sentido del humor primero aplicado a sí mismo y luego a los demás y sobre todo, tan buen escritor como enorme aficionado al fútbol.

Rosario se manifiesta por Messi

Fontanarrosa fue, en palabras de Enric González, que fue su amigo, "el más grande y más divertido escritor de fútbol".

El libro recién publicado por Geoplaneta lo confirma. Se trata de 24 relatos de temática futbolística -reunidos por vez primera en un solo volumen- que sirven, entre otras cosas, para empaparse del ambiente que se respira en los estadios, en la calles o en las tascas -los boliches- argentinos, donde de habla mucho y bien de fútbol.

Pocos como Fontanarrosa para escribir con tanto ritmo y tanta precisión los diálogos. No es fácil transcribir con tanto detalle la manera de hablar de la gente común, el día a día de personajes humildes y cercanos, que no tardan en llegar al corazón del lector.

Leer a Fontanarrosa es viajar directamente al corazón de Argentina; a su ciudad natal, Rosario, escenario del que es probablemente el derbi más enloquecido del continente, Rosario Central - Newell's Old Boys.

El viejo Casale

Fontanarrosa, por cierto, tifaba a muerte por Rosario Central. Nunca lo ocultó. Al contrario, esa vieja rivalidad alimenta muchos de sus relatos y obviamente, también preside el que pasa por ser su gran cuento futbolero, titulado oficialmente '19 de diciembre de 1971' pero conocido popularmente como 'El viejo Casale': la pasión irracional por un equipo, la superstición, la 'mufa' (gafe) y la intensidad extrema con la que se vive un derbi (hasta la muerte, literalmente), perfectamente retratadas por la pluma de Fontanarrosa.

Es imposible aburrirse leyendo a Fontanarrosa. Fue un escritor divertido y ágil, cercano y popular (en el mejor sentido de la palabra), especialista en convertir palabras puramente argentinas en palabras universales. Por los cuentos desfilan 'minas', 'laburos', 'veredas' o 'cuadras' con naturalidad y fluidez.

Cuando uno lee a Fontanarrosa, debe reprimir las ganas de irse directamente (y sin pensarlo demasiado) a cualquier ciudad argentina, a disfrutar con los parroquianos de la previa de cualquier partido de fútbol, no importan colores o categoría.

Roberto Fontanarrosa (1944-2007) fue humorista gráfico, pero también guionista, dibujante y escritor. Fue un narrador total, siempre agarrado al humor y la ironía como vehículo para llegar a sus lectores, que siguen siendo muchos y muy fieles, 16 años después de su muerte, víctima de la ELA. El fútbol sobrevoló casi toda su obra, desde que a los diez años visitó por primera vez el estadio de Rosario Central.

Consciente de que el humor comenzaba por sí mismo, Fontanarrosa solía decir que no era vago, "si acaso algo tímido con el esfuerzo".

Lo recuerda González en el prólogo de 'Puro fútbol', excelente puerta de entrada a un libro que los buenos futboleros degustarán como si se tratase de un vino de la mejor añada.