El milagro de Saint-Gilloise

'La 1897 es la cerveza perfecta para cualquier ocasión, ¡pero sobre todo para ver los partidos del Union!’. Con los colores amarillo y azul del equipo en su etiqueta en homenaje al año de su fundación, la afición del Royale Union Saint-Gilloise brinda con su propia cerveza por la Liga belga ganada a falta de un partido y del play-off final, como si de un milagro de su santo se tratara, vista su trayectoria claramente ascendente desde abajo en su regreso a la elite.

Tras volver a Primera 49 años después, los ‘unionistas’ han causado sensación recién ascendidos superando al Brujas, Amberes y Anderlecht, su rival ciudadano, tras 23 victorias, cinco empates y cinco derrotas, 73 goles a favor y solo 27 en contra en 33 partidos, a uno del cierre ante el colista Beerschot este domingo en su templo, el Stade Joseph Marien, donde no se puede ni silbar ni insultar ni cantar al contrario, como si fuera respeto del santo en la iglesia.

Los numerosos aficionados de hasta 15 nacionalidades que animan a los ‘apaches’ en Forest -la ciudad de 60.000 habitantes en la zona metropolitana de Bruselas, cerca de Saint Gilles, a quien deben el nombre-, ya están pensando en rememorar sus 13 títulos -11 ligas y dos Copas- hasta los años 30 y en su retorno a Europa 62 años después de caer en semis con el Birmingham, al que derrotó en su segunda Copa de Ferias el Barça de Kubala y Luis Suárez.

TRES JUGADORES ESPAÑOLES

El artífice del éxito es Tony Bloom, su propietario desde el 2008, también del Brighton; su entrenador, el experimentado Felice Mazzù, y la calidad de su plantilla, con la dupla Undav-Vanzeir -18 goles y 9 asistencias de Deniz más 13 y 8 de Dante, respectivamente- y los tres españoles: el ‘9’ exVillarreal Álex Millán, el extremo hispano-angoleño Pedro Lubamba y el mediocentro suizo de también ascendencia hispana Cameron Puertas. 

Y con el tercer menor presupuesto, de apenas 16 millones de euros, de la Jupiler Pro-League, patrocinada en honor también a la cerveza, el Royale Union Saint-Gilloise ha demostrado que los milagros todavía existen en pleno siglo XXI.