¿Por qué los jugadores de fútbol profesional gritan "Kiricocho"?

La palabra se emplea a modo de gafe para el rival en medio de los partidos

La intrahistoria del penalti que Haaland lanzó dos veces ante Bono

Haaland, tras marcar el 0-2 en la Copa Alemana ante el RB Leipzig

Haaland, tras marcar el 0-2 en la Copa Alemana ante el RB Leipzig / AFP

Artur López

En el transcurso del encuentro de vuelta de los octavos de Champions entre el Borussia Dortmound y el Sevilla, la palabra "Kiricocho" hizo acto de presencia. El árbitro señaló un penalti y Bono atajó el disparo al grito de "Kirikocho", término que pasó desapercibido para el público general, pero no para Haaland. Acto seguido, el trencilla mandó repetir la pena máxima, pues Bono no tenía un pie en la línea en el momento del lanzamiento. Esta vez, el astro noruego sí transformó el penalti en gol, y devolvió el grito al portero marroquí. Al finalizar el encuentro, Haaland reconoció que "no tengo ni idea de lo que grité, le dije a Bono lo mismo que me había dicho él".

"Kiricocho" para desear la mala suerte al rival

El término "Kiricocho" se emplea para gafar al rival durante un partido en acciones decisivas como un penalti o un mano a mano. La expresión proviene del fútbol argentino, acuñada por el mítico exentrenador Carlos Bilardo. Corrían los años ochenta cuando el exfutbolista dirigía al Estudiantes de La Plata, y cada vez que un aficionado apodado Kiricocho acudía a los entrenamientos de su equipo, el conjunto bonaerense sufría alguna desgracia futbolística. Por lo tanto, el estratega argentino decidió enviar a Kiricocho a los entrenos de los equipos rivales. La acción surtió efecto, pues el Estudiatnes de La Plata se alzó campeón del Torneo Metropolitano en 1982, tras ganar todos los partidos como local a excepción de uno contra Boca, conjunto al que Kiricocho no pudo visitar previamente.

Una expresión extendida en el mundo del fútbol

La anécdota de Bilardo recorrió el mundo entero. Decenas de futbolistas han proferido "Kirikocho" deseando el fallo del rival. La superstición fructificó también en la célebre parada de Iker Casillas a Robben en la final del Mundial de Sudáfrica 2010. Capdevila no pudo frenar al extremo holandés futbolísticamente, con lo cual, la desesperación llevó al defensa catalán a pronunciar "Kirikocho". El resultado, por todos sabido. Aquella jugada tuvo un papel fundamental en la consecución del primer Mundial de la historia de España.

En clave más anecdótica, Griezmann se hallaba practicando tiros a portería en un entrenamiento con la selección francesa, cuando un compañero gritó "Kirikocho" a fin de torpedear los goles de 'El Principito'. Obviamente, la relación de causa y efecto entre pronunciar el mote y el desenlace de las jugadas carece de base científica. Pero a su vez, es una expresión que ha traspasado las fronteras geográficas y língüísticas del mundo del fútbol.