Ji Sung Park, el hombre de confianza de Ferguson

"Dejarle fuera de la lista en la final de la Champions de 2008 -la que el United le ganó al Chelsea por el resbalón de Terry en la tanda de penalties- fue una de las decisiones más difíciles que he tomado", aseguró Sir Alex Ferguson. Desde entonces, el técnico escocés ha demostrado que sus palabras no fueron un consuelo hipocrita. Muy al contrario. Durante este tiempo, el coreano se ha erigido en su auténtico hombre de confianza y le ha concedido la titularidad en todos los partidos importantes que ha disputado el United, incluida la final de la Champions del año pasado, la que perdió ante el Barça, convirtiéndose de este modo en el primer asiático en disputar una cita de tal calibre.

Su apuesta por Ji Sung Park, que dejó en el banquillo a Berbatov, uno de los fichajes más caros de la historia del club, resultó totalmente ganadora el domingo cuando el extremo reconvertido en centocampista anotó, de cabeza, el gol que dio la victoria al United ante un Liverpool que le había vencido en los tres últimos enfrentamientos. "Ha vuelto a ser decisivo para nosotros. Además del gol que marcó, es importante cuando el rival tiene el balón y fantástico cuando está en su poder", se rindió a sus pies Sir Alex tras el encuentro.

Quizás esta actuación acabe por fin con el cinismo con que en Inglaterra se contempló su fichaje en 2005, por el que el PSV se embolsó la modesta cifra de cuatro millones de libras. 'Ferguson lo trae para vender camisetas en el mercado asiático' fue el comentario que se instaló en una opinión pública que siempre ha menospreciado al coreano. Pero la importancia de 'tres pulmones', como le llaman sus propios compañeros, para el United ya no puede ser infravalorada. Todavía pasea tranquilo por las calles de Manchester, donde antes Cristiano Ronaldo y ahora Rooney provocan una hecatombe a cada paso, pero Ji-Sung Park, sin que lo sepan los ingleses, es tan mediático como ellos... en su país. Allí le consideran un héroe nacional por marcar el gol que eliminó a Portugal en el Mundial 2002 y que Corea acabó en cuarto puesto. Antes, sin embargo, tuvo que emigrar a Japón porque los clubs profesionales de Corea del Sur le rechazaron por bajito. Después, Hiddink se convirtió en su mentor y se lo llevó al PSV, desde donde dio el salto a Old Trafford.