Nadie pudo parar a De Jong

El centrocampista neerlandés protagonizó un debut excelente en la Eurocopa

El futbolista del Barça fue clave en el triunfo sufrido de Países Bajos contra Ucrania

El vacile de De Jong a Depay en el entrenamiento e Holanda

El vacile de De Jong a Depay en el entrenamiento e Holanda / @OnsOranje

Jordi Carné

Jordi Carné

Países Bajos se presentó en sociedad con una muy buena puesta en escena. La ‘Oranje’ sufrió para imponerse a Ucrania pese a ser muy superior sobre el terreno de juego del Johan Cruyff Arena y dejó claro que, pese a tener bajas muy importantes como las de Van Dijk o Van de Beek, quiere ser considerada una de las candidatas al título. No en el mismo escalón que Francia, Bélgica o Portugal, claro está, pero tampoco tan lejos de todas ellas como la mayoría de aficionados se imaginaban.

Los pupilos de De Boer, que recogió la obra inacabada de Ronald Koeman y ha llegado a la cita continental en el ojo del huracán, dejaron sensaciones contradictorias en su debut en la Eurocopa. Defensivamente estuvieron a punto de pagar muy cara su fragilidad. Con balón, sin embargo, los futbolistas neerlandeses jugaron de memoria. Todo estuvo a su sitio, incluso cuando la pelota quemaba. Las conexiones entre los jugadores fueron poéticas. Matemáticas. Sobre todo entre los líderes. Depay, omnipresente; Wijnaldum, todoterreno; Dumfries, incansable e inconmensurable; y De Jong… Nadie pudo parar a De Jong.

El centrocampista del Barça dio continuidad a las grandes actuaciones que ha protagonizado durante su segunda temporada en el Camp Nou. Los aficionados azulgranas le pedían que recuperara la versión del Ajax y, como quien no quiere la cosa, se ha atrevido a mejorarla. En un esquema de tres centrales como el que ha usado el conjunto culé al final del curso, Frenkie brilló. Participó muchísimo (tocó el balón 113 veces), ganó todos los duelos divididos que luchó menos dos (once de trece) y realizó 97 pases con un 92% de acierto. Ejerció de metrónomo y, al mismo tiempo, de solista: marcó el tempo, pero también puso la música. Las florituras.

Cuando el fútbol pasa por sus botas y él es quien hace fluir el equipo, nada puede ir mal. Sucede en el Barça. Y esta noche sucedió en Holanda. Las conducciones imparables de De Jong permitieron a la ‘Oranje’ superar líneas con una facilidad insultante en algunos momentos del compromiso. Dio fluidez al juego cuidando el balón en todas sus intervenciones, pero no lo ‘sobó’: supo entender cuando tenía que dar ritmo al juego y marcar diferencias y cuando entregarlo a sus compañeros. Jugó los 90 minutos del partido que su selección tuvo que ganar dos veces tras el intento de remontada casi exitoso de Ucrania