Victor Gibson: un 'perico' inglés con tintes afrancesados

El fichaje de Gibson, junto a los de Allack y Hodge en 1911, fueron un gran impulso para los intereses de un Espanyol cada vez más profesional

Entró en la historia de la selección catalana al ser uno de los entrenadores presentes en el primer partido que consta de su trayectoria

El verdadero nombre de Victor Gibson era Arthur Henry Gibson

El verdadero nombre de Victor Gibson era Arthur Henry Gibson / Twitter

Rubén G. Bielsa

Salvando las distancias, Cataluña tuvo a su particular Pentland unos cuantos años antes que Pagaza y Petit empezaran a proponerle la idea de venirse a España a este último. La vida de Victor Gibson ha pasado desapercibida incluso para su Gran Bretaña natal, algo que duró unos cien años hasta que algunos portales web se hicieron eco de su historia transversal en las islas, España y posteriormente Francia.

De acuerdo con el investigador escocés Andy Mitchell, el verdadero nombre de Victor Gibson era Arthur Henry Gibson, nacido el 18 de julio de 1888 en Woolwich, Inglaterra. Conocido como Victor o incluso Raine, su vínculo con España comenzó después de que su equipo, el Plumstead FC, hiciera una gira en Cataluña para el año 1911. Tenían una categoría amateur, pero, tras enfrentarse al Espanyol el 18 de mayo, los dirigentes blanquiazules quisieron hacerse con los servicios del incisivo atacante, así como con sus compañeros Allack y Hodge. Tal fue la sensación que la revista catalana Stadium sacó en portada a Massana y Gibson, capitanes de ambos equipos, asegurando que los visitantes «demostraron un perfecto dominio del balón y una acometividad irresistible para nuestros paisanos».

Las portadas de Stadium en las que apareció Gibson

Las portadas de Stadium en las que apareció Gibson / Stadium

Aquellos fichajes, embadurnados en cierto amateurismo marrón, fueron un gran impulso para los intereses de un Espanyol cada vez más profesional. Se comenzaba a buscar el talento fuera de los usuales mimbres para dar un salto de calidad al equipo de cara a los diversos torneos como la flamante Challenge International du Sud de la France, la cual reunía a diversos equipos galos junto a clubes de Barcelona y San Sebastián.

Capitán del Espanyol

La apuesta española de Gibson iba en serio, separándose incluso de su primera esposa al mostrarse reticente a abandonar las islas. En el conjunto perico se convirtió en uno de sus capitanes, volviendo a aparecer en portada de Stadium, esta vez en solitario, en diciembre de 1911; edición en la que, por cierto, se anunciaba que el Espanyol jugaría un partido contra el Woolwich Polytechnic, de la zona natal de Gibson.

El inglés solo estuvo una temporada con el equipo, pero logró añadir a su palmarés trofeos como el campeonato de Cataluña de la temporada 1911-1912 o la benéfica Copa Ciudad-La Riva, que enfrentó a doble partido a la entidad contra el Barça, pero no por ‘amistosa’ menos atractiva; con un cómputo global de cinco a cero a favor de los pericos, el clima de violencia entre adversarios y aficiones fue tal que rompieron temporalmente relaciones ante cualquier futurible choque entre ellos. Las alineaciones de la vuelta fueron las siguientes:

ESPANYOL: Gibert; C. Wallace, S. Massana; Larrañaga, Hodge, Sanpere; P. Wallace, La Riva, Burnett, Allack, Gibson.

BARCELONA: Reñé; Irizar, Amechazurra; Peris, Lambe, Wilson; Rodríguez, Steel, Patullo, A. Massana, Summer.

El Espanyol asestó cuatro golpes en forma de gol que apalearon a sus vecinos blaugranas. Pese al abultado guarismo, el partido empezó bastante equilibrado hasta que Gibson primero, y Hodge después, activaron el marcador. El principio del fin para el Barça llegó en la lesión de Reñé tras una acción fortuita con el rival, dejando al medio Lambe como portero improvisado. El doblete de Gibson y la puntilla de Burnett no se hicieron de rogar. La dureza de las entradas, en especial tras la lesión del guardameta Reñé, fue uno de los puntos iniciales de una rivalidad centenaria.

Apuntaba a entrenador

Además de ser un goleador nato, Gibson, que ya dejaba ver su futuro como entrenador, entró en la historia de la selección catalana al ser uno de los entrenadores presentes en el primer partido que consta de su trayectoria, frente a un combinado francés en París. Se celebró el 20 de febrero de 1912 con victoria contundente de siete a cero para los locales. El frente catalán estaba encabezado por Carlos Comamala, una de las primeras figuras del FC Barcelona que, paradójicamente, era madrileño de nacimiento.

Una imagen de la selección catalana

Una imagen de la selección catalana / Twitter

Probablemente el desempeño del Espanyol en la Challenge International du Sud de la France pusiera en alerta de sus fortalezas a uno de sus potenciales rivales, el Olympique Cettois de la actual ciudad de Sète, por lo que el conjunto francés se lanzó a por la incorporación de Gibson, algo que consiguió en 1912. La personalidad, el olfato de gol y el liderazgo que le valieron el brazalete de capitán en el campo le sirvieron para adentrarse en una nueva faceta, la del entrenador-jugador, algo que ejerció en varias ocasiones a bordo del combinado franjiverde en los 12 años que estuvo, labrándose un nombre muy querido al sur de Francia a través de su dominio en la primitiva Ligue du Sud-Est.

Habitual en las fotos de equipo en una esquina, pero con la indumentaria de jugador de campo, su carisma pudo traducirse en forma de más títulos de enjundia de no ser por las dos derrotas consecutivas en las finales de la Copa de Francia de 1923 y 1924. En una muestra de que si no puedes con tu enemigo debes unirte a él, Gibson terminó dirigiendo al Olympique de Marsella, su verdugo en la segunda final, consiguiendo, esta vez sí, un doblete de copas en 1926 y 1927.

Valorado

El caché de Gibson era uno de los más valorados en el país vecino, hasta el punto de atraer a uno de los magnates de la época, Jean-Pierre Peugeot y su proyecto ganador en Sochaux para la pionera edición de liga francesa profesional en 1932. Los malos resultados junto a las altas expectativas creadas fueron el desencadenante de su sustitución un año antes de la gesta más importante del club: la liga de 1935, con el uruguayo Conrad Ross ya a los mandos.

La última experiencia en los banquillos de Gibson volvió a tener sabor ibérico al encargarse del recientemente creado Hispano-Bastidien; con plaza en el segundo escalón francés, fue fruto de la fusión de dos equipos de Burdeos, el SC Bastidienne y el Deportivo Bordeaux, este último formado principalmente por emigrantes españoles de los cuales algunos repitieron presencia en la neonata entidad. Compitió discretamente en la zona baja durante la temporada 1934-35, sin poder pulir el rendimiento de algunos de sus mejores jugadores como Alexandre Villaplane, antiguo capitán de Francia en el Mundial de 1930 que tenía una vida extradeportiva muy convulsa.

Ya en el retiro del mundo del fútbol, las crónicas francesas recordaron la figura de Gibson como una de las más influyentes para el incipiente balompié sureño de inicios de siglo, concluyendo L’Auto con un «si Le Havre fue la cuna del fútbol francés, Sète fue el propagador de todo ello por la región del Midi». Terminó regresando a su país natal, donde falleció en 1958.

Bibliografía:

https://www.scottishsporthistory.com/sports-history-news-and-blog/revealed-the-true-identity-of-victor-gibson

https://memoriesfutbolcatala.com/2019/05/17/victor-gibson-el-primer-entrenador-oficial-de-l a-seleccio-catalana-ni-era-escoces-ni-es-deia-victor-britanics-a-catalunya-3/