El problema central del Espanyol

Leandro Cabrera, el día de su presentación como espanyolista

Leandro Cabrera, el día de su presentación como espanyolista / EFE

Jonathan Moreno

Encontrar especialistas en el mercado futbolístico es laboriosa y costosa tarea. El gol es caro. Encontrar un delantero que enchufe un melón en las mallas requiere billetes. Y para muestra, Raúl de Tomás. El Espanyol tuvo que rascarse el bolsillo para reclutar al madrileño después de haber escondido la chequera en verano para suplir a Borja Iglesias. 

Afortunadamente para la entidad blanquiazul y pese a los numerosos problemas defensivos que ha arrastrado la plantilla a lo largo de esta desastrosa temporada, la nómina de defensas centrales está bien cubierta. Otra posición que requiere un especialista en la materia. Ahora hace falta convencerles de que el proyecto ganador que se está fraguando desde la dirección deportiva devolverá al equipo a Primera en menos que canta un gallo. Leandro Cabrera ya se ha manifestado públicamente. Al uruguayo no se le caerían los anillos continuando en la categoría de plata una temporada más. 

David López es más reticente. El polivalente futbolista, vale para un roto en el centro del campo y un descosido en retaguardia, debería renunciar a parte de sus emolumentos para seguir de blanquiazul en Segunda. El catalán deshoja la margarita, con cantos de sirena provenientes del Guadalquivir. De rebajarse el salario, la continuidad de una de los capitanes de la plantilla y voz autorizada del vestuario estaría garantizada. Mantener el tándem Cabrera-David López sería sinónimo de solidez. Aspecto indispensable para construir un equipo equilibrado, ambicioso y que haría temblar a cualquier delantera enemiga en Segunda División.

Mercado proceloso

El escenario de la continuidad de ambos es idílico. Ahora bien, cabe la posibilidad de que el club deba acudir al bazar veraniego para fichar en el eje de la defensa. Eso sí,sin olvidar que en el banquillo tienes una joya por pulir como Fernando Calero. No ha sido la mejor temporada del vallisoletano. Su rendimiento no ha estado a la altura del dinero desembolsado el pasado mercado estival. Pero en el club se cree en sus posibilidades. Su actitud y su aptitud está fuera de toda duda y el nuevo entrenador puede ser un espaldarazo anímico para el de Boecillo. En su favor juega su edad, 24 años.

Entre los tres mencionados debería salir la pareja titular del próximo curso. Eso sería lo idóneo. De tener que fichar, la experiencia en Segunda sería una virtud indispensable para el futurible. Sin descartar un posible retorno de Bernardo. Rufete dejó la puerta entreabierta en su última comparecencia de prensa. Lluís López y los canteranos todavía no saben qué papel desempeñarán en este nuevo Espanyol