Durísima despedida de Raúl de Tomás, con ataques al Espanyol y a la prensa

Raúl de Tomás explotó en un comunicado público tras su adiós al Espanyol

"El daño que me ha causado toda esta atmósfera de animadversión resulta ya algo irreversible y no hay reparación que lo compense"

Raúl de Tomás

Raúl de Tomás

sport.es

La salida de Raúl de Tomás del Espanyol está resultando tormentosa e ingrata.

Al frío comunicado del Espanyol en la mañana de este martes anunciando escueta y asepticamente su traspaso, el delantero ha respondido en profundidad y con venenosa acritud para justificar su decisión y señalar a los responsables de la coyuntura que se dio durante el verano y que desembocó en la tensión que ha aflorado estos últimos meses.

El madrileño ha querido salvaguardar su actitud atacando al club y a un sector de la prensa a la vez que traslada su profundo respeto a la afición españolista.

COMUNICADO DE RAÚL DE TOMÁS

Los hechos en los que me he visto envuelto estas últimas semanas, me obligan - muy a mi pesar- a hacer público el siguiente comunicado.Soy, por naturaleza, partidario de la discreción y procuro pasar lo más desapercibido posible puesto que sólo me considero un jugador de fútbol más y creo que el único interés que de verdad promuevo es lo que haga en el campo. Aun así, tengo que manifestar:

l. Lo más importante de todo: quiero dejar evidentes mi agradecimiento y mi respeto hacia el RCD Espanyol en la gran mayoría de sus estamentos, desde los trabajadores del club, siguiendo por los compañeros de equipo y, sobre todo, por la afición que me ha dado siempre muestras sobradas de afecto y solidaridad que no olvidaré jamás.

Siempre permaneceré en deuda con cada uno de ellos. Durante las dos temporadas y media en las que he vestido, con el mayor de los orgullos, la camiseta del Espanyol, he procurado dedicar todas mis fuerzas y mi entera voluntad a entregarme en cuerpo y alma a este equipo, sin que me hayan importado la categoría o la situación en la tabla.

El resultado de mi esfuerzo queda ahí presente y sería pretencioso por mi parte andar recordándolo; me basta de sobra con las consecuencias que ha tenido para el bien del club y la satisfacción de sus seguidores. En cuanto a aquéllos que se han aprovechado de mi silencio para engrandecer sus intereses personalistas de una manera ruin y cobarde, usándolo también como cortina de humo para tapar una gestión directiva desafortunada tendrán que responder de sus actos sin parapetarse detrás de mí.

Lo mismo que deberán ser ellos quienes expliquen el porqué del empeño por expulsarme de un equipo al que consideraba como a mi propia casa, poniendo en marcha una campaña desproporcionada de ataques personales que no deseo que sufra nadie.

2. Tengo en la estima que se merecen a Diego Catoira Mosquera y a Diego Martínez Penas, actuales director deportivo y entrenador respectivamente del RCD Espanyol; sus méritos profesionales y su historial les preceden y les avalan sobradamente, creo.

Ellos tendrán sus razones, para haberme arrinconado e infravalorado, aunque no las vaya a cuestionar públicamente. Tengo muy claro que la disciplina, la fidelidad y la obediencia son valores básicos para cualquier deportista, así me lo inculcaron desde muy niño y no voy a traicionarlos ahora.

Por eso, acato sin crítica alguna la determinación de los dos técnicos de no contar conmigo en absoluto.En la misma línea, supongo que ellos entenderán que yo haya procurado encontrar una salida digna que me permitiera proseguir mi ilusión más profunda, la de jugar y dar lo mejor de mí en este deporte. Una ilusión a la que sitúo por encima de la retribución económica, o cualquier otro tipo de ventaja; a la vista.

3.Guardo desde siempre hacia el periodismo deportivo un enorme respeto que hago extensivo a las empresas y a los periodistas. Recíprocamente, el ámbito de la información me lo ha devuelto en iguales proporciones y así lo he percibido hasta que el redactor del diario As, Alberto Martinez, optó por contravenir las normas éticas de su oficio en vísperas del cierre de mercado.

Difundió falsedad tras falsedad, dio crédito a una serie de rumores sin la más mínima constatación y no dudó en difamarme a mí y, lo que es peor, a los valores y a la educación  provenientes de mi familia. El daño que me ha causado toda esta atmósfera de animadversión resulta ya algo irreversible y no hay reparación que lo compense.

De todas formas, lo más doloroso ha sido la tremenda decepción, ver como alguien es capaz de saltarse todos los principios con tal de lograr una efímera notoriedad a mí costa.

Admito, como no puede ser de otra manera, todas las críticas que se me hagan en relación a mi oficio, ya sea en el terreno de juego o fuera de él, pero no puedo admitir el recurso a la falsedad y a la calumnia. ¿Qué pensaría de mí el señor Alberto Martínez - y otros colegas de profesión - si montase todo un tinglado de odios y falsedades sobre él y su familia; es más, ¿qué pensaría yo, de mí mismo, si lo hiciese?, ¿seguiría mirándome al espejo con la conciencia tranquila?

Prefiero creer que todo ha sido un momento desafortunado y estaría dispuesto a pasar página con una petición pública de disculpas, porque pública ha sido también la ofensa. En caso contrario, haré uso de los procedimientos legales que me amparan.

 ¡¡¡GRACIAS ETERNAS, RCDE ESPANYOL! !!