Turquía empaña su histórica victoria por una lamentable guerra contra el colectivo LGBTQ+

La selección femenina de vóley ha hecho historia tras conquistar el campeonato europeo contra Serbia

La jugadora Ebrar Karakurt ha recibido una fuerte represión por parte de grupos conservadores por su orientación sexual

La victoria turca, empañada por una lamentable guerra contra el colectivo LGBTQ+

La victoria turca, empañada por una lamentable guerra contra el colectivo LGBTQ+ / EFE

Alguer Tulleuda Bonifacio

Alguer Tulleuda Bonifacio

El mundo del deporte ha vuelto ha quedar salpicado nuevamente tras el último lamentable ataque al colectivo LGTBQ+. La histórica victoria de la selección turca femenina en el campeonato europeo de vóley no ha podido acallar la fuerte ola reaccionaria del país contra una de sus mejores jugadoras por una única condición: tener una orientación sexual distinta a la suya.

Y es que parece mentira que el hecho noticiable de un histórico triunfo para la selección femenina de vóley tenga que ser la represión que está sufriendo Ebrar Karakurt desde que publicó, en redes sociales, fotografias con su pareja.

La jugadora ha tenido que soportar múltiples ataques desde entonces por parte de un país (el suyo) que cada vez se destaca más por contínuos vergonzosos ataques al colectivo. Desde que el presidente Erdoğan fuese elegido nuevamente al frente del país, las políticas contrarias a los derechos sexuales se han intensificado con una sociedad cada vez más polarizada.

Una victoria empañada

Ahora, la selección turca, con Karakurt a la cabeza, ha conquistado el campeonato europeo que debería suponer un motivo de alegría para el país. Lamentablemente, hay quienes prefieren anteponer sus vergonzosas creencias antes que un triunfo que podría ser vivido de manera muy distinta en Turquía.

La jugadora turca ha sufrido el odio por parte de grupos conservadores e islamistas que no pretenden aceptar la victoria de su equipo por el simple hecho de que Karakurt haya jugado. Todo esto bajo la atenta e inoperante mirada del gobierno turco, que prefiere mirar hacia otro lado mientras incrementa sus restricciones a la libertad de orientación sexual.

Turquía empaña su histórica victoria por una lamentable guerra contra el colectivo LGBTQ+

Turquía empaña su histórica victoria por una lamentable guerra contra el colectivo LGBTQ+ / EFE

Los vídeos de la afición repudiando a la jugadora, así como publicaciones como las de İbrahim Melih Gökçek, el alcalde de Ankara, que expuso que era 'indigno de la selección nacional' a su vez que proponía 'echarla de la selección para que no se ensucie' son solamente pequeñas muestras de lo que ha tenido que soportar la jugadora estos últimos tiempos.

A pesar de todo, el triunfo de la selección turca en este campeonato europeo es incontestable. Quién sabe si en un futuro la situación cambia para que Karakurt pueda expresarse libremente en su país, aunque lo que sí está claro es que nadie podrá quitar esa medalla de oro que ahora mismo tiene en sus manos a la jugadora.