El retorno al deporte no profesional sigue sin protocolo común

Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes

Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes / EFE

Ramón Fuentes

Ramón Fuentes

El Consejo Superior de Deportes (CSD) ha constatado, tras dos semanas de intensa negociación, que no hay acuerdo para un protocolo común de retorno del deporte no profesional de ámbito nacional que aúne las posturas de las más de 60 Federaciones Deportivas Españolas (FFDDEE) y las CCAA. Pese al esfuerzo de todas las partes a favor de un acuerdo final, no existe consenso sobre la práctica de pruebas de detección del Covid-19 y sobre los términos en que debe producirse el retorno del público a las competiciones.

La falta de acuerdo es relevante en el ámbito sanitario en cuanto a la práctica de pruebas –PCR o serológicas– de detección de la enfermedad. El CSD se comprometió a contribuir económicamente a la creación de un Fondo, nutrido también con las aportaciones de CCAA y las Federaciones, para sufragar esas pruebas, pero comprobó que las sensibilidades en este ámbito son distintas. Primero, entre las propias autonomías. Después, entre los deportes.

Para el organismo que preside Irene Lozano resulta indispensable la realización de controles, como mínimo, antes del inicio de las competiciones, y después, con carácter aleatorio y reiterativo. Todo ello como marco idóneo para garantizar la seguridad sanitaria de los verdaderos protagonistas, los deportistas. Si bien esta posición es compartida por una gran parte de los negociadores, el quórum no fue suficiente como para poder llegar a un acuerdo global en este punto. Más que nada porque las federaciones quieren que sea el CSD quien asuma este gasto que supone los controles de PCR en las distintas competiciones.

Tampoco hay acuerdo final sobre la cuestión del público, pese a que el CSD hizo una última propuesta que permitía la presencia de hasta 1.000 espectadores al aire libre y 500 en espacios cerrados. El Consejo entiende que, a la luz de los datos que arroja la pandemia, superar esos umbrales y favorecer más movilidad puede resultar perjudicial a la hora de detener la propagación de la Covid-19. Por ello, y pese a ser consciente de que las autonomías cuentan con la competencia en este ámbito –a excepción de las ligas profesionales-, no puede endosar un protocolo que vaya más allá de los límites que en última instancia se abordaron en la negociación.

Protocolos particulares

La ausencia de un protocolo común tutelado por el CSD y que aúne a CCAA significa el retorno al esquema que primó durante la primera etapa de la pandemia. La arquitectura regulatoria creada para la finalización de la temporada 2019/2020, con el protocolo básico que elaboró el Consejo y los protocolos individualizados de las propias Federaciones, es suficiente para garantizar que la actividad deportiva continúe. En este contexto, las Federaciones y las autonomías tendrán el margen que recoge el marco legal vigente para pactar los términos exactos en que discurren todas y cada una de las competiciones que quieran ponerse en marcha. Así pues ahora las competiciones quedan pendientes de estos protocolos que desarrollen las federaciones.

El CSD, además, se ha comprometido a garantizar la actividad deportiva de los casi 5.000 Deportistas de Alto Nivel (DAN); de los deportistas olímpicos y paralímpicos; así como a propiciar el retorno de las competiciones femeninas de fútbol y baloncesto en las mismas condiciones que las masculinas, como prueba del compromiso inequívoco de este Gobierno con la igualdad.