La antología de los Juegos del Mediterráneo

Patricia Martínez

Patricia Martínez

Los Juegos del Mediterráneo, que se iniciaron en Tarragona el pasado 22 de junio, están teniendo protagonismo por motivos que distan mucho de lo deportivo. El caos parece haberse instaurado en esta última edición del evento y varios lamentables sucesos señalan a una mala organización de la competición, que acumula ya varios fallos en lo que va de Juegos. 

Nadie aparece en la entrega de medallas

Las tres ganadoras de los 400 metros libre en natación esperaron varios minutos a que algún responsable de la organización les entregase sus medallas. Ante la ausencia de ninguna autoridad, fue la mismísima Mireia Belmonte, que consiguió la plata en dicha categoría, la que procedió a entregar el bronce a la nadadora portuguesa Diana Margarida Duares. Instantes después del gesto de la catalana, apareció finalmente la persona designada para llevar a cabo la ceremonia, en la que la italiana Simona Quadarella se hizo con el oro. 

Gradas vacías

Los presentes Juegos del Mediterráneo están registrando asistencias extremadamente bajas. Ya desde la ceremonia inaugural, se vieron demasiados huecos en las gradas y es habitual contar con un público formado por 100 personas en lugares como, por ejemplo, el Palacio de los Deportes, con capacidad para acoger a 5.000 asistentes. En muchas otras competiciones, no se han superado los 30 espectadores.  De momento, la organización no ha hecho públicos los datos oficiales de asistencia y la falta de autocrítica por parte del alcalde de Tarragona, Josep Félix Ballesteros, que habló de un "impacto brutal" de estos juegos, ha avivado la polémica

Árbitros en huelga

En la jornada del martes, varios árbitros encargados de dirigir las competiciones de lucha se declararon en huelga por no recibir las dietas que habían acordado con sus respectivos comités olímpicos nacionales. Los jueces ya manifestaron sus quejas el primer día de los juegos, pero finalmente decidieron plantarse tras ver que no se daba una solución a su problema. El parón de los árbitros provocó que tan solo pudieran disputarse luchas en uno de los dos espacios destinados a ello, hecho que retrasó la jornada hasta que, tras llegar a un acuerdo, volvieron a arbitrar.

La Marsellesa, a capela

Durante la ceremonia de entrega de premios de la competición masculina de bádminton por parejas, los ganadores tuvieron que arrancarse a cantar el himno de su país a capela, dado que la megafonía no funcionó. Fueron los franceses Thom Mark Gicquel y Bastian Kersaudy los que se hicieron con el oro en esta categoría. Tras varios minutos de silencio, la delegación allí presente decidió cantar el himno por sí misma. 

Pistas deficientes

Este miércoles, la competición de baloncesto 3x3 tuvo que ser interrumpida por deficiencias en la pista. Era el primer día de partidos y se ha visto pospuesto hasta el jueves 28 de julio para poder corregir los desperfectos. Tanto el torneo masculino como el femenino se iniciaron con normalidad en la mañana del miércoles en el Auditorio del Campo de Marte de Tarragona, pero tuvieron que ser interrumpidos después de que se produjeran "desajustes en las placas que sostienen el entarimado". 

Un niño fue atropellado

En la noche del lunes 25 de julio, un niño irlandés de cinco años que paseaba en bicicleta junto a su familia en Salou, fue arrollado por un conductor que en un primer momento se dio a la fuga. Más tarde, se entregó a la policía y registró una tasa de alcoholemia muy alta. El hombre era un trabajador de una empresa proveedora de servicios para los Juegos Mediterráneos y llevaba un vehículo de la organización. Afortunadamente, no se teme por la vida del pequeño, pese a presentar lesiones graves. 

Detenido un atleta por violación

Fuera de la responsabilidad de la organización de los juegos queda la detención de un atleta turco acusado de violación, hecho que también ha añadido polémica al evento. Una joven británica denunció en la madrugada del miércoles haber sido víctima de abusos sexuales en Salou por parte de un deportista de nacionalidad turca que participaba en las pruebas de halterofilia de los Juegos del Mediterráneo. Tras una breve investigación, la policía detenía al acusado.