Entrevista

Mikel Herrán, doctor en Arqueología y divulgador: "La sexualidad y la disidencia sexual son tan parte de la historia como el Tratado de Versalles"

En Sodomitas, vagas y maleantes. Historia de la España desviada de Atapuerca a Chueca, publicado por editorial Planeta, el autor hace un repaso por la historia de España para cuestionarla y reflexionar sobre el origen y uso de algunos de los términos y prejuicios sociales que aún perviven

Mikel Herrán, doctor en Arqueología y divulgador, posa con su libro 'Sodomitas, vagas y maleantes. Historia de la España desviada de Atapuerca a Chueca'.

Mikel Herrán, doctor en Arqueología y divulgador, posa con su libro 'Sodomitas, vagas y maleantes. Historia de la España desviada de Atapuerca a Chueca'. / CEDIDA

Ángeles Castellano

"Esta es una historia de desviados. Del marica, de la lesbiana, del invertido, del travesti, del hemafrodita y de la multitud de nombres que hemos recibido quienes no hemos querido, o no hemos podido, adecuarnos a lo que dictaba la norma del deseo, del género y del sexo". Así describe Mikel Herrán (Zaragoza, 1991), doctor en Arqueología y divulgador de Historia en su canal de Youtube y redes sociales bajo el nombre de PutoMikel, su más reciente libro, Sodomitas, vagas y maleantes. Historia de la España desviada de Atapuerca a Chueca, publicado por editorial Planeta. Herrán, que acumula más de 227.000 suscriptores en su canal y que también colabora en diferentes programas de medios de comunicación como Radio Nacional, TVE o Carne Cruda, hace un repaso por la historia de España para señalar los episodios de disidencia sexual, cuestionar discursos históricos que se han visto superados por investigaciones más actuales, sugerir opciones en los huecos que las fuentes no logran cubrir y reflexionar sobre el origen y uso de algunos de los términos y prejuicios sociales en torno a las disidencias sexuales que aún perviven en la actualidad.

¿Por qué decidió escribir este libro?

Pues surge un poco de dos momentos: uno, a partir de la lectura de un paper sobre un enterramiento en El Argar, una tumba de 2.500 años antes de Cristo de dos hombres en tinaja juntos. Este es básicamente el enterramiento que en ese momento solemos encontramos para hombre-mujer o mujer-individuo infantil, lo que normalmente se asume como una familia. Entonces me pareció interesante que incluso en un periodo tan remoto y con tan pocas fuentes como puede ser la prehistoria, ya podían encontrarse ese ese tipo de evidencias sobre una pareja homoxsexual y que sirven también para hablar de muchas cosas, no ya no solo de pasión-amor-deseo, sino también de desigualdades sociales o cómo se imitan ciertos modelos familiares, etcétera. Y luego es verdad que estuve hablando con otro autor que escribió un libro sobre mujeres relevantes de la historia de España y dije: pues algún día voy a hacer yo un libro de maricones relevantes de España. Que no ha sido eso al final, sino que ha sido más dedicado a lo estructural y cómo se articuló el deseo en la historia, que es lo que me interesaba más.

Pensamos que la organización social ha sido la misma a lo largo de la historia. Dedica también parte del libro justamente a explicar el origen de algunos términos en torno a las relaciones afectivas y sexuales...

Claro, por ejemplo, me interesaba mucho en la parte dedicada a la Antigüedad aclarar cómo eran las relaciones. Porque en Roma, que es al final lo que más afectó a la Península Ibérica, el sexo no tenía nada que ver con la persona con quien se mantenían relaciones, si era hombre o mujer, sino su posición social. El sexo era más un acto de poder y por tanto, si tú querías acostarte con un esclavo, daba igual si era hombre o mujer, lo importante es que tú fueras el que penetraba y no a la inversa. O que el cunilingus era una práctica que afeminaba a la persona. Es importante entender cómo se ha construido el sexo o la norma, lo aceptable. Y sobre todo que tiene mucho que ver con la masculinidad, porque al final el que hacía eso era un hombre que era menos hombre, estaba renunciado a su masculinidad. Cuando entendemos cómo se construyen estas cosas podemos entender primero qué estereotipos se han mantenido en el tiempo y cómo de ridículo son en muchos casos.

Otro asunto importante es entender que las fuentes, por ejemplo sobre la antigua Roma, no siempre son neutras, sino que en muchos casos, sobre todo en las contemporáneas, tenían una intención, no eran inocentes.

Claro, muchas de nuestras fuentes, sobre todo para la Antigüedad y la Edad Media, son construidas por voces externas y desde la burla y la enquina y sobre todo, esto nos afecta más cuando hablamos de mujeres, porque al final la gran mayoría de fuentes han estado escritas por hombres y la mirada masculina en torno al lesbianismo a veces es un poco heurística y a veces es un poco confusa. Marcial, por ejemplo, habla de que no entiende qué hace una mujer con otras mujeres hasta que descubre que tiene un clítoris tan desarrollado que le permite penetrar porque para él y para la mayoría de los romanos, el sexo solo era tal si había una penetración. Y esto nos acompaña un poco a lo largo de muchos periodos de la historia, porque ya cuando empezamos a tener fuentes escritas, lo primero que tenemos es la mirada externa, que al final es marcar al otro, y es un poco de uno de los hilos de conductores del libro, ver cómo la disidencia es la marca que se ha reunido con otras cosas, como por ejemplo la raza, la clase, etc para crear esa idea del otro, en muchos términos precisamente para apartarlo de la sociedad normal y relegarlo a los márgenes.

Dice en la introducción que no es un libro sobre nombres propios, pero hay muchos nombres propios... La dama de Baza, el emperador Adriano, Abderramán III, o Goya, por citar unos cuantos.

Lo que pretendía decir es que este no es un libro dedicado a contar las biografías de gente, sino que quería contar la historia, la estructura, digamos, a través de ejemplos, para comprender una realidad mayor que centrarnos puramente en los nombres conocidos.

Usted es doctor en Arqueología. ¿Hubo algo inesperado en la investigación de este libro?

Pues precisamente investigando ya para este libro descubrí algunos de los casos más interesantes y uno de ellos fue un contrato matrimonial de 1061 en Galicia de dos hombres que van a compartir casa y en el contrato se especifica qué propiedades de uno van a pasar al otro cuando uno muera, etc, pero no solamente es un contrato de propiedad y convivialidad, sino que además se juran que se van a cuidar y a alimentar mutuamente, que tendrán los mismos amigos y los mismos enemigos, que nadie entrará en esa casa si no es con permiso del otro... Me parece que obviamente estamos hablando de una convivencia que a puerta cerrada no sabemos lo que pasaba, pero que se asemeja bastante a un contrato matrimonial y que si los nombres fueran en vez de Pedro y Muño fueran Pedro y Urraca, por decir algo, no nos cortaríamos en llamarlo matrimonio. Estamos hablando de una época en la que esos contratos no eran tan frecuentes porque no hacía falta ponerlo todo por escrito en muchas ocasiones, pero que precisamente se haya conservado algo tan antiguo y tan distinto de todo lo demás nos revela un poco cómo en ciertos espacios, sobre todo espacios rurales, había otras formas de vivir aunque hubiese normas que lo prohibieran. Me pareció súper interesante sobre todo en un periodo en el que no tenemos tantas fuentes.

¿Por qué es importante que se revisen investigaciones anteriores? La historia no puede entenderse como algo establecido, ¿no?

Claro, la investigación constante sobre los mismos hechos no es solamente importante por los avances científicos que permiten descubrir cosas que antes no se podían conocer, sino porque, por ejemplo, en el caso de los individuos de El Algar queda bastante claro cómo a veces arrastramos ciertos sesgos. Por ejemplo, con los amantes de Módena, que es este ejemplo de del siglo IV a VI en Italia de dos personas que fueron enterradas de la mano y que se asumieron que eran amantes y que fue después cuando ya se comprueba el sexo, se determinó que eran dos hombres y de repente ya surge la pregunta de: vale, pero ¿qué relación tenían? Igual no eran amantes. Pero cuando se pensaba que eran un hombre y una mujer la relación sí tenía que ser de amantes. Damos estos saltos lógicos muchas veces sin tener pruebas. Entonces creo que todos los avances que ha habido en arqueología han sido vitales para cuestionarlo. Se tuvo que demostrar a posteriori, que es lo triste, que unas cosas las asumimos y otras cosas las tenemos que luchar para que no haya ningún tipo de duda, poder decirlo sin que nadie nos vaya a decir: te lo estás inventando.

¿Puede ser neutral la historia o siempre tiene una ideología, la de quien la cuenta?

La Historia como disciplina podríamos decir que nace a lo largo del siglo XIX en parte para meterse en las aulas como formación del espíritu nacional en un momento en el que estamos construyendo la idea nacional, por eso se centra mucho en los hitos de los grandes hombres, porque quienes estaban investigando esa historia eran pertenecían a una clase social, tenían una serie de intereses y eran personas de su momento. Luego, a partir de los años 80, aunque tenemos ejemplos anteriores, surge ya como tal la historia con perspectiva de género, que no es meter política en la historia, sino que precisamente se trata de añadir más perspectivas y más personas integradas en el campo de la historia están pudiendo estudiarla y preguntan otras cosas a las fuentes. La historia siempre ha estado politizada, porque al final esta historia de grandes personajes, de grandes hombres, los grandes reyes, obviamente tenía una ideología detrás: transmitir la idea de que lo que mueve la historia es la gente importante, la gente de arriba, y mientras la gente se sin nombre se queda sin historia y sin pasado.

Ahora hay un cierto movimiento también de visibilizar o reapropiarse de elementos de la cultura popular relacionados con la Iglesia católica, como pueda ser la Semana Santa, desde lo queer o la disidencia sexual, cuando la Iglesia históricamente ha sido uno de los grandes enemigos de este movimiento. ¿Cómo lo vive desde su perspectiva de historiador?

Yo creo que la Iglesia Católica precisamente por ser un espacio segregado por géneros, al final es muy fácil que surjan historias de homosexualidad. Tenemos historias de conventos donde había mujeres se daban a todo y curas condenados por sodomía desde la Edad Media, pero también yo creo que, en el caso de lo que mencionas de la Semana Santa, lo que se ha permitido es esta idea del mariquita útil: eres una persona rechazada por el aparato eclesiástico pero que se le encuentra un espacio en el que no molestas y puedes sentirse parte de algo más grande, como es en este caso la religión, la fe y tener iconos religiosos como la Virgen y distintos santos. Al final es esta imagen del mariquita capillita, muy asociada a lo artístico, a la expresión de la sensibilidad, es decir, se te permite estar ahí, pero no se puede saber. Si pensamos en los pasos de Semana Santa, luego hay mucha devoción para la Virgen precisamente también por el trabajo de esa gente, pero no lo tenemos que reivindicar como un espacio de liberación, sino como un espacio que acoge e impone unos moldes y unas normas, como que no te exhibas. Luego esas mismas personas son muy homófobas cuando ven a alguien que está fuera de esos esquemas y que sí que se expresa con total libertad, porque ellos creen que les está dando mal renombre a ellos, que están reprimiendo su identidad por encajar y aún así no terminan de encajar. Eso, por otro lado, también causa muchas tensiones incluso dentro del propio colectivo, pero bueno, lo importante es saber de dónde vienen estas cosas porque tienen una base sociológica. Algunos luchan por que les reconozcan y otros luchamos por acabar con esta estructura que nos está condenando.

Al final del libro también habla precisamente de esto, de la clasificación entre lo que la sociedad entiende por ser un buen gay.

Hay un libro reciente que se llama Maricas malas: construir un futuro colectivo desde la disidencia, de Cristo Casas, que precisamente se centra mucho en eso en el momento actual, pero yo creo que eso viene de antes. En Al-Andalus ya encontramos esta idea de el buen versus el mal gay, o sea el hombre que tiene unos sentimientos exacerbados por otro hombre pero no los sublima frente al que sí que lo hace porque no controla sus impulsos y es descocado, un libertino, y esto se considera un riesgo. Y sobre todo, a partir de que se medicaliza la homosexualidad y se entiende como una enfermedad, la idea de que tú puedes tener una enfermedad, pero deberías ser capaz de controlarla. Creo que precisamente han sido los malos maricas o las transexuales que no podían reprimirse y vivir en lo aceptable son las que han conquistado espacios para que ahora se den situaciones como la que ocurrió con la ley del matrimonio igualitario, que el PP se oponía y luchó legalmente contra ella y luego Maroto celebra un matrimonio con otro hombre al que acude la plana mayor del partido.

De todas las malas interpretaciones de la historia, ¿cuáles le molestan especialmente?

Por un lado, una de las que me enerva, es hablar de homosexualidad en Roma. Simplemente porque el desviado en Roma era el que vivía esa relación entre iguales, independientemente del sexo, porque lo importante era mantener la jerarquía social. Lo transgresor eran esas relaciones igualitarias por las que luchamos ahora precisamente. Y luego otra cosa que quería recalcar con el libro es el papel que la sexualidad y la disidencia sexual han jugado en la historia. Es decir, que este libro, en librerías y bibliotecas esté en la estantería de historia, y no en la de movimiento LGTBi o de Sociología, que es donde van a colocarlo, porque yo lo que quiero hacer entender es que precisamente la sexualidad y la disidencia sexual son tan parte de la historia como el Tratado de Versalles, porque ha jugado un papel muy importante en ciertos procesos históricos. En la Reconquista, por ejemplo, se hablaba de los musulmanes y de los judíos como desviados sexuales, como personas que tenían unas costumbres extrañas, que si te acercabas mucho a ellos, te podían contagiar de ser un sodomita, etcétera. Es importante entender cómo se ha utilizado la sexualidad para crear esa diferencia y crear el otro. La sexualidad y la disidencia sexual juegan un papel en la colonización de América y en la Reconquista, que son nuestros dos grandes mitos fundacionales y aún así no hablamos lo suficiente de esto. Al final, nuestra sociedad actual se construye sobre el pilar de la familia encauzada hacia la reproducción y la reproducción encauzada hacia la herencia, y el control de la transmisión de la propiedad.

Entre sus seguidores en su canal de Youtube y redes sociales la mayor parte son muy jóvenes. Ahora hay una idea de radicalización política de la gente joven, sobre todo con una brecha entre los chicos, más orientados hacia posturas de extrema derecha y populismos, y las chicas. ¿Lo percibe en su público?

No sé, creo que en mi caso que me siga más gente joven tiene mucho que ver con el formato y los medios, igual no tanto con la ideología. Yo creo lo que sí que hay es un paso generacional, porque a la gente más mayor le cuesta entender la ruptura con modelos como la monogamia o el género binario que la gente más joven vive con mayor normalidad. Hay personas que están en sus 50, incluso dentro del mismo colectivo [LGTBIQ+] que no está dispuesta a escuchar, pero simplemente porque se le escapa de su de su experiencia.