Michael Matthews agua la fiesta de Valverde

Brazos en cruz, Matthews celebra el triunfo al esprint en la Volta

Brazos en cruz, Matthews celebra el triunfo al esprint en la Volta / EFE

Jonathan Moreno

En una jornada de transición antes de la batalla de mañana en Vallter 2000, sólo el viento o una caída podía arrebatar el protagonismo a una más que presumible llegada masiva.

Y así fue. Chris Froome se fue al suelo a 36 kilómetros de meta y le cayó entre pecho y espalda una minutada. Descartado ya el británico para la batalla por la general. Aunque, visto lo visto, el tetracampeón del Tour llegaba a la Volta en la fase embrionaria de su preparación.

A estas alturas de la película, todavía quedan valientes dispuestos a desafiar al pelotón y esta vez fueron el danés Gregaard, el checo Josef Cerny y el neerlandés Minaard los que se liaron la manta a la cabeza. La fuga llegó a ostentar hasta siete minutos de ventaja. Hasta que el pelotón se puso serio. Entendimiento en el gran grupo, con relevos entre varios equipos con el único cometido de llegar a Sant Feliu de Guíxols agrupados.

El paso por el Alt de Romanyà fue el mazazo definitivo para los tres escapados. Ni el arreón final de Cerny le impidió ser neutralizado. Astana dijo basta y se encargó del trabajo sucio. Los kazajos endurecieron la carrera y ésta no se salió del guión. Llegada al esprint en la que el australiano Michael Matthews fue el más rápido en desefundar. Alejandro Valverde entró a su rueda.