Alaphilippe repite éxito en la Flecha Valona

El ciclista galo celebra desde el suelo su triunfo en Las Ardenas

El ciclista galo celebra desde el suelo su triunfo en Las Ardenas / AFP

Jonathan Moreno

Lanzó la bicicleta al suelo nada más superar la línea de meta, como un baterista lanza sus baquetas al acabar un concierto. Reminiscencias de su infancia en el conservatorio, donde creció entre bombos y platillos. 

Sentado junto a las vallas, absorbiendo oxígeno por cada poro de la piel. Asimilando lo que había vuelto a hacer. No hay Muro de Huy que se le resista a Julian Alaphilippe.

Compañeros de fatigas

La jornada en Las Ardenas estuvo marcada por el viento y las caídas, como la de Ion Izagirre. El ganador de la Itzulia se fue al asfalto a falta de 35 kilómetros. Tampoco el ‘mosquetero’ del Deceunick Quick Step se libró de los contratiempos. Alaphilippe, dorsal 1 en el maillot, cambio de bicicleta por unos problemas mecánicos. La fiesta aún no había empezado en la Flecha Valona. 

Cazada la fuga, Enric Mas tomó el control del pelotón. El balear cambió el ritmo en Le Cherave y los rostros de tortura se multiplicaron. El de Artá tenía el cometido de evitar ataques antes del Muro de Huy. Y lo consiguió con creces. Pelotón enfilado y ciclistas retorciéndose en el sillín de su oficina. El Bora Hansgrohe también quiso jugar sus bazas, con el alemán Max Schachmann en estado de gracia tras su paso por Catalunya y Euskadi. 

La historia, sin embargo, tiende a repetirse. Jakob Fuglsang no esperó un segundo y se tiró al monte nada más arrancar las primeras pendientes de Huy. El danés, con todavía el sabor amargo de la Amstel en el paladar, ganó unos metros a sus rivales. Hasta que la peor pareja de baile del pelotón mundial se le pegó al tubular. Julian Alaphilippe dejó que el de Astana madurara y le pegó la estocada final. El domingo en Lieja volverán a verse las caras.