El Valencia se lo deja todo para Amsterdam

Agónico empate ante el Chelsea de un Valencia que mereció más

 El conjunto 'ché' empezó ganando, pero tuvo que sufrir para empatar ante los 'blue' / MEDIAPRO

Francesc Ripoll

Nada está claro. El billete a octavos se va a decidir en Amsterdam dentro de dos semanas. Valencia y Chelsea empataron a dos goles en un partido memorable y el cuadro che, que se lo dejó todo en el césped y perdonó mucho en el tramo final, debe igualar el resultado londinense en la próxima fecha. Un punto que no le vale a nadie.

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Liga de Campeones

2
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Alineaciones
Valencia
Cillessen; Jaume Costa (Gameiro, 67'), Garay, Paulista, Gayà; Ferran (Coquelin, 74'), Dani Parejo, Wass, Carlos Soler (Kang In Lee, 78'); Rodrigo, Maxi Gómez.
Chelsea
Kepa; James, Christensen, Zouma, Azpilicueta; Kanté, Jorginho (Emerson, 72'), Kovacic; Willian (Mount, 80'), Pulisic, Abraham (Batshuayi, 46').

En Mestalla había partido. Y grande. Una final. En ese día, donde en juego estaba gran parte de las opciones del Valencia para seguir en la máxima competición continental, Celades optó por alinear a Garay, inflitrado en la espalda la noche interior. El que no llegó fue el incombustible Coquelin, que no llegó recuperado para la cita y se tuvo que quedar en el banquillo.

Wass ocupó su sitio en la sala de maquinas, Ferran y Carlos Soler por bandas y Jaume Costa repitió como lateral derecho. Lampard, por su parte, daba entrada al joven James, protagonista del partido loco ante el Ajax, desplazando a Azpilicueta a la banda izquierda.

Pese a que el feudo che estaba lleno hasta la bandera para alentar a los suyos, fue el Chelsea el que salió como un tiro. Con una intensidad abrumadora, poco tardó Willian en inquietar a la parroquia valenciana. Y los de Lampard lo presionaban todo, impidiendo la salida de balón de los locales, que apenas le duraba el balón en los pies. Los jugadores del cuadro londinense eran puñales por banda, y pese a los incontables centros, la defensa che se imponía al ataque ‘blue’.

Y cuando el Valencia logró jugar rápido, llegó la primera gran ocasión. Pase de escándalo de Parejo para Rodrigo, que vio a Maxi Gómez solo en el segundo palo. Incomprensiblemente, no golpeó el balón, y todo Mestalla con las manos en la cabeza.

Ahí, el choque entró en un ritmo trepidante donde el tanto podía llegar de cualquier lado. Ambos equipos llegaban con asiduidad al área contraria y el gol era cuestión de tiempo. Kanté erró y disparó a las nubes, y Cillessen se vio obligado a volar para evitar que Abraham abriera la lata. Concedía demasiado el Valencia, algo ya habitual desde las últimas semanas.

El que lo hizo fue Carlos Soler. La puso con música desde banda derecha y el canterano, que remató como pudo, hizo rugir Mestalla poco antes del descanso cuando mandó el balón al fondo de las mallas. Pero la alegría duró muy poco. No pasaron ni 60 segundos cuando Kovacic igualó la contienda con un tiro ajustado al primer palo. Tocaba empezar de cero tras el descanso.

Jarro de agua fría

Abraham se tuvo que retirar lesionado, dando entrada a Batshuayi, viejo conocido en Mestalla. Y pronto, la peor de las noticias para el Valencia. Pulisic cazó un balón dentro del área pequeña para darle la vuelta al luminoso, y tras una larga y tensa espera, el VAR dio el gol. 

La reacción fue inmediata. Los ches se volcaron arriba para lograr, al menos, un empate. Rodrigo midió mal una vaselina con Kepa demasiado adelantado y Parejo falló la más clara. Un penalti. Se topó con un meta inmenso, desaprovechando una ocasión clarísima para empatar. No había manera.

Echó el cerrojo el Chelsea, desbaratando todas las llegadas de los valencianistas. Al final, la suerte hizo acto de presencia. Wass centró desde la derecha, el balón se envenenó y terminó entrando tras rebotar en el palo. Aquello era a vida o muerte.

Y el Valencia pudo rematar por completo a los londinenses. Primero Cillessen salvó a los suyos con una parada felina, pero Rodrigo, ya en el descuento, pudo lograr la épica. Un tiro con rosca lamió el poste y en la última, golpeó fatal en el segundo palo ante la desesperación de Mestalla. Ahí estaban los octavos. Amsterdam dictará sentencia.