Sancho renace en un escenario de oro

Las personas transmiten verdaderamente sus emociones con sus gestos y sus miradas. Jadon Sancho lo demostró a la perfección en la vuelta de los octavos de la Champions League ante el PSV Eindhoven. Vestido de amarillo y en su casa, el Signal Iduna Park, el inglés volvió a disfrutar con una pelota en los pies. Ya lo dicen, como en casa en ningún sitio.

El Dortmund despierta del sueño al PSV de Dest y De Jong

Más allá de goles, asistencias o minutos de juego, Sancho transmite felicidad. El regreso al Borussia Dortmund le ha sentado de lujo. No se puede ocultar cuando uno está a gusto. El Borussia lo abrazó cuando estaba completamente roto, marginado en el Manchester United.

Ahora, que se ha vuelto a encontrar consigo mismo, les está devolviendo la confianza con grandes actuaciones sobre el verde. Calidad siempre tuvo, eso es innegable. La clave está en que no se lo creía.

En el momento en que se ha vuelto a querer, todo eso que no exhibía lejos de Alemania ha vuelto de un plumazo. Corrió, peleó, luchó, se ofreció, por dentro y por fuera, regateó, se asoció, disparó, marcó, celebró y sonrió.

DESDE MAYO DE 2021

Lo hizo con un gol de 'crack', en el minuto 3 de partido. Recibió en la frontal, se orientó el balón a su pierna buena, la derecha, y lo clavó donde más duele, raso a la cepa del poste. El Borussia tenía momentáneamente su billete para los cuartos y Sancho volvía a celebrar un gol ante su afición en el Signal Iduna Park desde mayo de 2021.

En la segunda parte bajó el ritmo, aunque siguió ofreciendo detalles de calidad. Por desgracia, su partido acabo prematuramente por problemas físicos. Terzic, que no quería que su posible lesión fuera a más, lo cambió por Marco Reus en el minuto 75, el encargado de sellar el partido (2-0) en el añadido.

Desde su vuelta, el atacante de solo 23 años suma dos goles y dos asistencias en 10 partidos. Cifras que, de lograr mantener el ritmo y sobre todo la confianza, quedarán muy cortas en comparación a todo lo que puede aportar. No hay mejor rendimiento que el de una persona feliz. Y hay que recordar que el mejor Sancho se vio en el Signal Iduna Park.