El Atlético pasa facturas al Celtic en una noche europea para el recuerdo

Emulando la célebre eliminatoria del 74, el Atlético logró doblegar al Celtic en Madrid después de empatar en Glasgow. Esta vez, sin embargo, lo hizo de una forma mucho más contundente. El liderazgo de Griezmann como interior, el olfato de Morata y el descaro de Lino partiendo desde el banquillo, sumados a una actuación sobresaliente a nivel colectivo, se tradujeron en un apabullante 6-0 con el que los de Simeone pasaron facturas a los escoceses por el mal trago de la jornada anterior.

El envite previo en Glasgow se torció desde el primer momento por culpa del tempranero tanto de Furuhashi, por lo que el Atlético afrontó este nuevo duelo con la lección aprendida. La propuesta de Simeone, de claro carácter ofensivo con Griezmann de interior y Morata y Correa en línea ofensiva, marcaba sus intenciones: el guion del partido pasaba por golpear primero al Celtic.

La enésima reconversión de Griezmann

La propuesta salió a pedir de boca, pues el Metropolitano apenas tardó seis minutos en cantar el primer gol. Este llevó la firma de Griezmann, cuya posición algo más retrasada no le privó de merodear el balcón del área desde los primeros compases del encuentro. Allí recogió un rechace antes de definir con un disparo sutil que tocó lo justo en la defensa para desconcertar a Joe Hart, que se quedó quieto viendo como el balón besaba la red.

Espoleado por la ventaja adquirida y el aliento de los suyos, el Atlético siguió mandando, y pudo ampliar distancias después de una acción 'maradoniana' de Rodrigo Riquelme. El canterano lo hizo todo bien a excepción de la definición. A esas alturas el Celtic ya era un manojo de nervios, y Maeda, en un exceso de fe y de temeridad, vio la tarjeta roja después de llegar a destiempo a un balón dividido que disputaba con Mario Hermoso.

La superioridad numérica frenó el empuje de los de Simeone, cuyas llegadas se fueron diluyendo con el paso de los minutos. El Celtic bajó la guardia, pensando que se iría al descanso con una desventaja mínima, y ya maquinaba la posible reacción tras el paso por vestuarios. Grave error. Morata, al que el VAR ya le había privado de celebrar un gol, se deslizó a ras de suelo para empujar a la red un buen envío de Giménez en la última acción de la primera parte.

Griezmann sentencia y Lino irrumpe en la fiesta

Los 'tempos' del segundo golpe rompieron los esquemas de los escoceses, que afrontaron la segunda parte sabiéndose ya abatidos. El Atlético aprovechó el mal momento de su rival para cerrar el partido y, ya de paso, pasar facturas por las penurias vividas en Glasgow. Después de varios buenos intentos, Griezmann volvió a aprovecharse de un mal rechace de la zaga para firmar apuntarse el segundo en su cuenta particular, esta vez definiendo con una preciosa chilena.

El partido estaba visto para sentencia, pero aún tenía que apuntarse a la fiesta Samuel Lino. El brasileño volvía a sumar minutos después de su lesión, y sabía que debía dejar una buena imagen para impedir que Riquelme le coma la tostada en la lucha por la titularidad. Dicho y hecho. Apenas habían pasado 10 minutos desde su ingreso al césped cuando, desde el lateral del área, incrustó el balón en la escuadra contraria.

Pero el 'show' de Lino estaba lejos de terminar. El brasileño culminó su gran noche dejando dos asistencias, primero habilitando con el pecho la volea de Morata y después encontrando a Saúl en el extremo opuesto del área. El ilicitano, con algo de fortuna tras un primer control algo errático, definió a placer para poner el broche a una gran noche europea para los rojiblancos.