Siniestro total del Celta en Balaídos

El Celta se complica la vida en el descuento

Jonathan Moreno

Cuando más escuece, el Villarreal arrebató los tres puntos en la cara del Celta en el tiempo añadido del segundo tiempo. El tanto carambolesco de Manu Trigueros hizo justicia a la mayor ambición de los 'groguets' y castiga a un cuadro celeste con los pelos de punta en la clasificación. Algo huele mal en Balaídos.

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LaLiga

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Alineaciones
Celta de Vigo
Blanco; Hugo Mallo (Denis Suárez, 84'), Murillo, Araujo, Olaza; Pape Cheikh (Aidoo, 46'), Bradaric, Rafinha (Pione Sisto, 59'); Santi Mina (Smolov, 81'), Iago Aspas, Juan Hernández (Okay, 46').
Villarreal
Sergio Asenjo; Mario Gaspar, Albiol, Pau Torres, Alberto Moreno; Anguissa, Iborra (Trigueros, 67'), Cazorla (Chukwueze, 58'); Gerard Moreno (Bacca, 58'), Paco Alcácer (Morlanes, 81'), Moi Gómez (Ontiveros, 81').

Dos equipos de pie fino. Con características similares y estilo definido. Celta y Villarreal no conjugan el verbo rifar. Posesión y toque son sus banderas. Señas de identidad irrenunciables para Òscar García y Javi Calleja. 

A falta de público, megafonía de Balaídos a todo trapo. Cánticos enlatados de la afición celeste, como aquellas molestas risas de las ‘sitcoms’ ochenteras y noventeras. Sucedáneo para dar el pego hasta que cese la maldita amenaza. 

Ni así se amedrentaron los ‘groguets’. El tiempo no parece haber pasado por ellos. Que se lo digan a Santi Cazorla. El fútbol circulaba por sus pies. Cada balón que trata lo cede con dulzura, haciendo enormes a sus compañeros. El asturiano tuvo la primera en un rechace de la zaga olívica. Llegaba el Villarreal por diestra y siniestra. Rubén Blanco se colgó la capa de superhéroe y repelió un cabezazo a bocajarro de Iborra. Gesto de frustración del valenciano.

No aparecía Rafinha y lo notaba el Celta. Tampoco Iago Aspas. Los ‘jugones’ se veían privados de balón y los celestes no pisaban territorio hostil. Sin el cuero en su poder, los gallegos muestran sus costuras. Centro envenenado de Olaza y un disparo desde el alféizar del área del menor de los Alcántara. Esas fueron las dos aproximaciones destacadas de los vigueses en el primer tiempo. Eso sí, el balance y la basculación defensiva, sin fisuras. Òscar negó los espacios a su adversario. La posesión del Villarreal no encontraba la verticalidad, excepto en un par de conexiones Gerard Moreno-Paco Alcácer. Excelente Jeison Murillo al corte. Ya con el tiempo cumplido, Rubén sacó una manopla a ras de césped a testarazo de Gerard. Pizarro Gómez había anulado la acción por falta del catalán, pero la parada merece ser mencionada.

Modificación táctica

No le gustaba a Òscar cómo cantaba la perdiz. El entrenador vallesano sacó la libreta y dibujó un 5-4-1, reforzando las bandas e intentando poblar algo más el centro del campo para recuperar así la iniciativa. Ni así. Sin tanto descaro como en el acto inicial, el ‘submarino’ sometió a los vigueses con su alta presión y forzando pérdidas en la salida del balón.

El ritmo, no obstante, empezó a decaer y el encuentro, con toda la lógica, cobró tintes de amistoso de pretemporada. Faltaba gasolina y sólo los chispazos de Samu Chukwueze animaban el cotarro. Òscar continuaba moviendo el banquillo y reordenando la táctica. Nuevo cambio de dibujo para recuperar el 4-4-2. El Celta no encontraba las inmediaciones de Sergio Asenjo. Ni amenazaba ni se le veía con ánimo de hacerlo

El último acelerón del Villarreal fue letal. Carlos Bacca desperdició un mano a mano con Blanco tras una brillante acción individual desde su propio campo. El esférico no encontró su objetivo por centímetros. El premio a la mayor ambición llegaría en el añadido. Chukwueze habilitó al colombiano, Blanco rechazó en dos ocasiones, pero no pudo impedir que el remate mordido de Trigueros y desviado inoportunamente por Murillo acampara en la red. El Celta se complica la vida y viene el verano.