La Juventus, con lo justo ante nueve

Khedira celebra el 0-1 que abría la lata en Verona

Khedira celebra el 0-1 que abría la lata en Verona / AFP

Jonathan Moreno

Con la ley del mínimo esfuerzo y dos autoexpulsiones del Chievo, la Juventus duerme líder y mete presión al Nápoles que se medirá al Bolonia en la jornada dominical. Sami Khedira tras una asistencia de Bernadeschi y el 'Pipita' Higuaín a centro de Douglas Costa sometieron a un cuadro veronés que acabó con la lengua fuera por el esfuerzo realizado.

Cortocircuito turinés en Verona. Media hora tardaron los de Massimiliano Allegri en probar a Sorrentino en un encuentro jugado al ralentí por ambas escuadras. Douglas Costa penetró hacia al área, cedió a Gonzalo Higuaín pero el argentino enganchó un lanzamiento manso a los guantes del portero veronés. La 'Vecchia Signora' disfrutaba de la posesión del balón y se vieron favorecidos por una pueril expulsión de Bastien. El jugador belga vio dos tarjetas amarillas consecutivas y dejó a los 'burros voladores' en inferioridad cuando apenas se llevaban 37 minutos

El asueto despertó a los 'bianconeri', que pasaron a monopolizar el balón ante un Chievo que dio dos pasos atrás y se pertrechó en torno a Sorrentino. Los turineses percutían, especialmente por la izquierda, donde el brasileño Douglas Costa se mostraba muy activo. Un centro suyo lo remató el croata Mario Mandzukic de primeras. Sin peligro para el meta veronés. 

Aprovechó el Chievo un error de Bernadeschi para lanzar un rápido contragolpe. Jaroszynski ganó banda izquierda y centró para que Cacciatore rematara con la cabeza. Precisamente el lateral iba a ser protagonista por sus reiteradas protestas sobre el colegiado Maresca y éste le expulsó por hacer gestos que él interpretó ofensivos hacia la grada y las cámaras de televisión. Con nueve sobre el campo, los de Maran se desmoronaron. Poco tardó la Juve en sacar partido a su superioridad numérica. Bernadeschi la puso atrás desde la línea de cal, Mandzukic dejó pasar el esférico y Khedira, llegando desde atrás, armó el cañón para fusilar a Sorrentino. Ya en los últimos minutos, Higuaín remató de cabeza al fondo de las mallas un centro de Douglas costa.