Exhibición de Brahim Díaz con final amargo

El malacitano decantó el encuentro ante el Monza con dos golazos (4-1), pero se retiro lesionado

Cuarto triunfo seguido de los 'rossoneri', que empatan provisionalmente en el liderato con el Nápoles

Brahim Díaz dispara a puerta durante el partido entre el Milan y el Monza en San Siro

Brahim Díaz dispara a puerta durante el partido entre el Milan y el Monza en San Siro / AFP

X. Serrano

Brahim Díaz se está aficionando a los goles de bella factura. Después de lucirse contra la Juventus, el malacitano encarriló la victoria ante el Monza (4-1) con dos destellos de talento individual. El primero, definiendo por bajo tras una larga carrera. Y el segundo, con un preciso tiro cruzado tras clavar a su par con un giro de cadera. Desgraciadamente, se retiró con problemas musculares. Divock Origi y Rafael Leao ampliaron el resultado.

Milan-Monza

Serie A

4
1
Alineaciones
Milan
Tatarusanu; Dest (Kalulu, 46'), Kjaer (Gabbia, 60'), Tomori, Theo Hernández; Pobega, Bennacer; Messias, Brahim Díaz (De Ketelaere, 53'), Rebic (Leao, 60'); y Origi (Vranckx, 78').
Monza
Di Gregorio; Antov, Marí, Caldirola (Carboni, 54'); Ciurria, Barberis (Ranocchia, 46'), Sensi (Bondo, 67'), Carlos Augusto; Pessina, Caprari (Gytkjaer, 67'); y Dany Mota (Petagna, 54').

No era una tarde cualquiera en San Siro, sobre todo para los aficionado más veteranos. Visitaba el templo milanés el Monza, dirigido por Silvio Berlusconi y Adriano Galliani, que durante tres décadas presidieron al Milan más laureado de la historia. Sin embargo, el equipo de Stefano Pioli solo mira al futuro.

Imperaba la monotonía hasta que irrumpió Brahim Díaz. El menudo mediapunta malacitano pinchó el balón en el círculo central, detectó el pasillo en el entramado visitante y arrancó a correr. Hasta tres zagueros pulularon a su alrededor sin salirle al paso y el exmadridista, forzado en plena caída, acertó a superar la salida de Michele Di Gregorio con un remate cruzado.

Fue un duro golpe para las aspiraciones del Monza, atrevido pese a sus limitaciones. Tras el gol reaccionó con rebeldía. Buscó el empate y si no lo encontró fue por los reflejos de Ciprian Tatarusanu. El portero repelió el violento disparo de Stefano Sensi desde la frontal y se encontró el testarazo a bocajarro de Carlos Augusto.

Con espacios para correr, el Milan entró encantado al ida y vuelta. Divock Origi estrelló en el lateral de la red el gol de la tranquilidad y contribuyó, como asistente, al 2-0 de Brahim. El malagueño dejó clavado a su marcador con un giro de cadera y, a la media vuelta, ajustó el remate cruzado al palo largo.  Tras el descanso, aún tuvo tiempo de servir en bandeja la diana a Ante Rebic, que se topó con la rápida salida de Di Gregorio.

Desgraciadamente, el partido se acabó antes de hora para Brahim, que se echó la mano a la parte posterior del muslo izquierdo y pidió el cambio. A medio gas, el Milan amplió distancias con un zurriagazo a la escuadra de Divock Origi.

Lejos de rendirse, el Monza añadió picante al tramo final con un golazo de falta directa de Filippo Ranocchia y terminó el partido en las inmediaciones de Tatarusanu. Sin embargo, Theo Hernández aprovechó un descuido defensivo para servir a Rafael Leao el último tanto de la tarde. Cuarta victoria consecutiva para los de Pioli, que empatan provisionalmente con el Nápoles en el liderato.