Joaquín, adiós a un mito

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FC Barcelona - Betis | La ovación a Joaquín

El Camp Nou ovacionó a Joaquín / LALIGA

EFE

El gran capitán del Betis, Joaquín Sánchez, colgará las botas el próximo domingo en el Benito Villamarín ante su gente en el partido de la última jornada de liga que enfrentará al club bético y el Valencia. Durante toda esta semana, ha exprimido sus últimas horas como futbolista; de ducharse y cambiarse en un vestuario, de no pasar un fin de semana en su casa y, entre otras sensaciones intransferibles, la de oler siempre a césped.

Contaba otro gran mito del beticismo, Rafael Gordillo, que cuando, una vez retirado en el Betis con el multitudinario homenaje de la foto con las medias caídas, se fue al Écija para apurar sus últimas sensaciones como futbolista y que lo hizo, entre otras razones, por eso, porque no se hacía a ducharse en su casa, que echaba de menos lo que había hecho siempre, tener su segunda casa en los sótanos del Villamarín.

El club verdiblanco llevará a cabo un homenaje al delantero del Puerto de Santa María el próximo martes en el coliseo bético. Este contará con la participación de futbolistas ya retirados o en activo que han sido compañeros a lo largo de su carrera, como los brasileños Denilson de Oliveira, Marcos Assunçao, Ricardo Oliveira o Edu, que formaban parte con Joaquín del equipo que ganó la Copa del Rey de 2005, Dani Ceballos, Héctor Bellerín, Juan Merino o Juanjo Cañas, además de importantes personalidades del mundo del toreo, del que el '17' del Betis es muy fanático.

El delantero andaluz, que el próximo mes de Julio cumplirá 41 años, se ha pasado más de la mitad de su vida como profesional del fútbol. Debutó en el Betis en 2000- y eso, además de la dura época de los campos de tierra o de los trenes diarios a Sevilla desde El Puerto de Santa María (Cádiz), imprime carácter y afianza costumbres, como ha reconocido todo el que se ha retirado.

No en balde y aunque siga vinculado al Betis como consejero, dejará de llegar a la ciudad deportiva, de cambiarse en el vestuario, de salir a entrenar con tantos compañeros como ha tenido en Valencia, Málaga y Florencia, y de vivir en las tripas del fútbol, ese 'sancta sanctorum' que sólo pisan los elegidos y que huele como sólo ellos saben.

La pituitaria de un futbolista, como el de un sumiller o un perfumista, es una amalgama que va desde el césped recién regado a los potingues de los fisioterapeutas y el de Joaquín, desde que de niño empezó a romper zapatos en El Puerto, está más que hecho a esto como a los aeropuertos, los miles de hoteles en los que ha dormido y cientos de estadios que ha pisado, a sus olores, sus sonidos, esa personalidad de la arquitectura del fútbol como arte mayor.

Este viernes será el último día en el que el veterano delantero entrene como bético a las órdenes del chileno Manuel Pellegrini, uno de sus principales valedores en su regreso al club verdiblanco en el verano de 2015 por haberlo tenido en el Málaga que entrenó entre 2010 y 2013; y quien ha contribuido a que el portuense sea el futbolista de campo que más partidos ha jugado en Primera (622), los mismos que el portero Andoni Zubizarreta.