Quien tiene a Isco no necesita trucos

Hay personas que son magia. Auténticas, con carisma y que deslumbran con luz propia. Con ellas, todo parece un poco más fácil. Esto también se traslada al fútbol. Hay jugadores que tienen el don de hacer ordinario lo extraordinario, que contagian entusiasmo con un balón en los pies, que nos embaucan en cada pase y que tienen esa chispa en su juego que nos hace sonreír. En LaLiga, hay un futbolista que se ha reencontrado con todo esto.

Lewy, Pedri...y nueve más en el Villamarín

Isco Alarcón vuelve a brillar en el Benito Villamarín. Vive una segunda juventud a sus 31 años, siendo una de las revelaciones del primer tramo de curso. Su rendimiento como verdiblanco fue inmediato: en las primeras 13 jornadas ya se había ha hecho dueño de 9 MVP’s. ¿Y qué tiene más valor que la constancia en el torneo de la regularidad?

El que tuvo, retuvo, e Isco lo sabe bien. El de Benalmádena encaja a las mil maravillas en un engranaje que le da la libertad para explotar su talento. Por detrás del nueve, cerca de la ‘zona de los jugones’, y con el mono de trabajo puesto para echar una mano en zonas menos agradecidas del campo. Y mucha ‘culpa’ de ello la tiene Pellegrini, quién lo impulsó en un Málaga de ensueño. 

Isco ha respondido con creces a la confianza depositada en él haciendose amo y señor del ataque verdiblanco. Los números no mienten: en la competición doméstica ha disputado 18 partidos de los 19 posibles (ante el Girona no fue convocado por sanción), saliendo todos de inicio. En el viejo continente ha disputado todos los partidos, siendo titular en tres de ellos, a la espera de que inicie su paso en la Conference League. Pellegrini solo le ha dado descanso en Copa del Rey, jugando únicamente ante el Alavés, encuentro que significó el fin de la andadura del equipo bético en el torneo del K.O. (1-0).

DE MODA EN HELIÓPOLIS

El florecer de Isco no se entendería sin sus dos apoyos en banda: un Ayoze Pérez que despunta en la izquierda junto a la explosión de un diamante en bruto como es Assane Diao en el perfil diestro, retroalimentan la gran versión del malagueño. Juntos, conforman el tridente ofensivo de moda en Heliópolis, con el permiso de Willian José, en la punta de ataque.

Pellegrini pidió al andaluz este verano para suplir la gran ausencia de Canales y no se equivocó, aunque tenía un gran aval en el pasado. Qué caprichoso es el destino o, tal vez, qué importante es no tocar las piezas que juntas funcionan bien. Y es que por todos es conocido de lo que son capaces cuando se juntan el ‘Ingeniero’ y el ‘Mago’.

VOLVER A COINCIDIR

Manuel Pellegrini ha diseñado en el Betis un esquema que favorece al jugador andaluz, pudiendo lucirse como mediapunta puro. Pero no es la primera vez. Esta historia ya la vivimos en el Málaga. El “hijo pródigo” de Benalmádena junto al chileno como principal artífice, escribieron un capítulo dorado en la historia del equipo de la Costa del Sol.

Tras terminar cuartos en Liga en la 2011/2012, el himno que nos eriza la piel sonó en La Rosaleda la temporada siguiente. La afición blanquiazul soñaba despierta y lo hizo hasta los cuartos de final de la Champions League ante el Borussia Dortmund, partido que todo aficionado al fútbol tiene en la retaguardia.

Aquel equipo combinaba a la perfección juventud y veteranía: Willy Caballero, Joaquín, Demichelis, Julio Baptista, Toulalan, van Nistelrooy… Y un jovencísimo Isco, que con solo 19 años asomaba la cabeza en el que sería el mejor Málaga de la historia. Entre tantas estrellas, el malagueño se alzó como titular indiscutible y como líder del equipo: entre Champions y Liga, marcó 12 goles en todas las competiciones y repartió seis asistencias. Su gran actuación con la elástica blanquiazul se vio premiada con el Golden Boy de aquel curso. 

Sin duda, había nacido una estrella en la Rosaleda y sus dos temporadas allí fueron la carta de presentación perfecta para aterrizar en el Santiago Bernabéu, aunque fueron muchos los que quisieron atar al andaluz.

Ha pasado más de una década desde que Isco, de la mano de Pellegrini, conquistó el corazón de todos los malaguistas. Hoy, son los béticos los que disfrutan de su fútbol. Este domingo se enfrentará al Barça, un amor que nunca se dio pero que muchos reconocieron. 

Ahora todo es diferente, pero la esencia permanece. Y es que quién tiene magia jamás necesitará trucos.