La surrealista maniobra de Sandro Rosell para fichar a Deco en 2004

El entonces vicepresidente deportivo del Barça se las ingenió para tener un decisivo cara a cara con el jugador

Parte de la directiva prefería a Michael Ballack, pero Laporta dio luz verde a la llegada del luso-brasileño

¿Por qué Deco? Laporta da las claves de su elección

Laporta dio los motivos para escoger a Deco en la presentación del nuevo organigrama del Barça / Blanca Sánchez

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Muchas cosas se han contado de la llegada de Deco al Barça en verano de 2004. Sin embargo, todavía no habían salido a la luz las artimañas que tuvo que hacer el entonces vicepresidente deportivo azulgrana, Sandro Rosell, para lograr el 'sí' definitivo del luso-brasileño, que contaba con mejores propuestas económicas de otros clubes.

Aquel verano se estaba disputando la Eurocopa en Portugal. La selección lusa tenía su sede en las instalaciones del Sporting Clube de Portugal, recinto muy 'vigilado' por periodistas y en el que, lógicamente, no podía acceder nadie que no contara con autorización de la federación portuguesa. Pero Rosell tenía un plan. Y lo aplicó a la perfección.

De incógnito entre conos, petos y balones

Hay que tener en cuenta que Rosell había trabajado para Nike durante muchos años. El estrecho vínculo con la firma estadounidense lo aprovechó el barcelonés para camuflarse en uno de los camiones que llevaba material al combinado luso. Entre petos, conos y balones ahí estaba Rosell, de incógnito en el asiento trasero.

Ya dentro de las instalaciones, Sandro echó mano de uno de sus contactos fuertes: Luiz Felipe Scolari, entonces seleccionador portugués. 'Felipao' hizo la vista gorda y dejó que el ejecutivo azulgrana se moviera por las instalaciones como Pedro por su casa. El objetivo de Rosell no era otro que sentarse cara a cara con Deco para cerrar su fichaje. Y así sería.

Joan Laporta y Deco durante el Trofeu Joan Gamper de la temporada 2004/05

Joan Laporta y Deco durante el Trofeu Joan Gamper de la temporada 2004/05 / Valentí Enrich

Un contrato redactado en pocos minutos

Ambos se reunieron y en esa misma cumbre el directivo redactó un contrato para dejar acordadas las condiciones personales del centrocampista, seducido por la opción de jugar en el Camp Nou. Después, 12 millones de euros y el traspaso de Ricardo Quaresma convencerían al Porto para firmar la operación.

Michael Ballack era la primera opción del cuerpo técnico

El de Deco fue un fichaje que ni mucho menos generaba consenso. Ni el entonces entrenador del Barça, Frank Rijkaard, ni su ayudante, Ten Cate, ni el director deportivo, Txiki Begiristain, veían del todo clara la llegada del luso-brasileño. Su preferencia era Michael Ballack, del Bayern de Múnich. La decisión final, sin embargo, fue la de cerrar a Deco ese verano y dejar para 2005 el intento de incorporar al teutón. En ese momento, Laporta todavía mantenía una gran confianza en Rosell, de ahí que diera luz verde a su fichaje.

Parte de las dudas de Rijkaard y compañía respecto a la figura de Deco residían en que, según su opinión, al centrocampista del Porto le faltaba envergadura física y capacidad de disparo. En su etapa en el Barça, el hoy director de fútbol azulgrana les quitó la razón a base de goles desde la media distancia.