El semáforo del Levante-Barça

Verde: Leo Messi. Y no puede ser otro. Todo pasa por él y la vitalidad que le da al equipo es fundamental. Se sacó un pase excepcional que se convirtió en el primer gol, el de Neymar. Provocó un penalti, que falló, pero como grande que es siguió adelante y asistió a Sandro en el tercer gol del Barça. Y no se quedó ahí ya que con instinto marcó el quinto tras un fallo del guardameta granota. Únicamente añado que ha participado en nueve de los doce goles del FC Barcelona. 

Amarillo: La portería sigue a cero. Uno de los grandes méritos de Luis Enrique esta temporada es el de mantener limpia la portería, y es que ni Bravo en la Liga ni Ter Stegen en la Champions han tenido que recoger ningún balón de sus redes. El éxito reside en las pocas ocasiones que le crean al Barça. Cinco partidos oficiales, cero goles en contra. Digno de admirar. 

Rojo: Pésima intensidad de Mathieu. El fichaje del central francés ha sido de los más criticados en el mercado estival, pero el ex del Valencia estaba plasmando, hasta este partido, las razones por las que el Barça había decidido hacerse con sus servicios. Mathieu, que se está consolidando junto a Mascherano en el centro de la zaga, salió flojo y sin ganas. En los primeros minutos del encuentro erró tres jugadas consecutivas y una de ellas pudo suponer el tanto de Casadesús que salvó como pudo Rakitic. Esa es la dinámica que mantuvo durante todo el encuentro. Falta de concentración e intensidad.