El relato silenciado de Gabrich

Llegó procedente de Newell's, firmó por seis temporadas y jugó dos partidos con el 'Flaco' Menotti

Sigue ligado al fútbol como asistente de Juan Manuel Llop, logrando muy buenos resultados

Gabrich en una acción del partido amistoso que jugó contra L'Hospitalet (2-5) el 8 de diciembre de 1983. En la imagen, con Sandro Rosell, futuro presidente del FC Barcelona

Gabrich en una acción del partido amistoso que jugó contra L'Hospitalet (2-5) el 8 de diciembre de 1983. En la imagen, con Sandro Rosell, futuro presidente del FC Barcelona / Ignasi Paredes

David Salinas

David Salinas

La lesión de Diego Armando Maradona el 24 de septiembre de 1983 en un Barça-Athletic de Liga, además de causar indignación y escalofríos por la durísima entrada de Andoni Goikoetxea al astro argentino, abrió las puertas del primer equipo azulgrana al argentino Jorge Gabrich, que esa misma temporada había fichado por el filial para jugar de delantero centro. El “Pibe de Oro” fue dado de baja federativamente y su compatriota ocupó el segundo cupo reservado a extranjeros, junto al alemán Bernd Schuster. La historia recuerda a Gabrich con cifras (2 partidos oficiales, 44 minutos y 0 goles) pero detrás quedó un relato silenciado.

Jorge Luis Luján Gabrich Cinalli (le pusieron tres nombres) nació el 14 de octubre de 1963 en Chovet (Argentina). Destacó en su población natal por su talento y garra. Solió jugar contra rivales mayores que él, un hecho que lo curtió y fortaleció. Pasó al fútbol formativo de Newell’s después de superar una prueba y rápidamente le llegó la oportunidad de debutar con el primer equipo rosario. Fue el 29 de noviembre de 1981, bajo las órdenes de Juan Carlos Montes -el mismo técnico que hizo debutar a Maradona en Argentinos Juniors- y frente a Huracán de San Rafael (0-4) en Mendoza. Salió en el minuto 80 y marcó dos goles. Tenía 17 años.

Después le llegó la internacionalidad con la selección sub-20, con la que salió subcampeón en el Mundial de 1983 celebrado en México. Compartió vestuario con Islas, Basualdo o Dertycia, entre otros. Gabrich, capitán de la albiceleste, firmó cuatro goles. Ahí lo vio Enrique Orizaola, entonces en el staff técnico del Barça como encargado de realizar informes de los equipos rivales y scouting. César Luis Menotti, entrenador del Barça, aprobó la contratación.

Gabrich llegó al Barça con 20 años y fichó por seis temporadas. No tenía intención de salir de Argentina (era tímido y poco amigo de los cambios) pero dio el paso. Con la perspectiva que da el tiempo cree que se “precipitó” porque “llegué solo, entonces no se estilaba tener representantes, era muy joven. Me faltó consejo...”.

Fichó por el Barça Atlétic y vivió en la ronda del General Mitre. “Cometí el error de no quedarme en La Masia”, reconoce, pero nadie cayó en ello. Con el filial de José Luis Romero jugó cinco partidos (un gol) en septiembre de 1983. Luego llegó la lesión de Maradona y el salto al primer equipo. Menotti lo concentró en vísperas de un Barça-Madrid para que se fuera ambientando con sus nuevos compañeros y le dio la alternativa cinco partidos después, en un Valencia-Barça (2-4) de Liga.

Gabrich salió en el minuto 72, por Rojo, con 2-3 en el marcador. Suyo fue el pase a Carrasco, que fue derribado dentro del área. La jugada la remató el “Lobo” transformando el penalti. Volvió a jugar en la siguiente jornada, contra la Real Sociedad (0-0) en el Camp Nou. “Entonces la Real tenía una de las mejores defensas de España y partido fue muy cerrado. Salimos Quini y yo, pero fue difícil. Nos llegaron pocos balones”, recuerda.

Problemas

Recuperado Maradona, la normativa impidió a Gabrich jugar con el primer equipo y el filial. Sí disputó algunos amistosos, contra el Hospitalet (jugó contra Sandro Rosell, futuro presidente del Barça) y Sant Andreu. Vio puerta en ambos. La pasó mal. Fue cedido a Vélez Sársfield, aunque le hubiera gustado seguir en España, pero no le ayudaron... De Vélez a Instituto de Córdoba (4 meses) y después a Francia, al Stade de Reims, que dirigía el “Virrey” Bianchi. Una lesión lo apartó casi un año de la actividad y se pasó el año 1987 prácticamente inédito. Llegó a un acuerdo con el Barça para rescindir el contrato (le quedaban dos años) y quedar libre.

De nuevo en Argentina, Newell’s reclutó a Gabrich y con el cuadro santafecino se proclamó campeón 1987-88 y llegó a la final de la Copa Libertadores, que se le negó ante Nacional de Montevideo (1-0 en Rosario y 3-0 en Montevideo). Acabó contrato y se aventuró en el fútbo mexicano: Irapuato (1989-90), Veracruz (1990-92), Tecos (1992-94) y Querétaro (1994-95).

En México demostró su condición de hombre gol (74 dianas entre los tres equipos), se proclamó campeón con los Tecos de Víctor Vucetich (1993-94) y vivió la experiencia de la “Tiburónmanía”. Regresó a Argentina y colgó las botas en el Atlético Tucumán (1995-96). Tenía 33 años.

El fútbol lo siguió atrapando y, como asistente técnico de Juan Manuel Llop, exquisito centrocampista y mito de Newell’s, inició una exitosa carrera en los banquillos: Godoy Cruz (ascenso), Banfield, Racing de Avellaneda, Barcelona de Guayaquil (Ecuador), Wanderers (Chile), Huracán, Atlético Tucumán, Manta (Ecuador), Atlético Rafaela, Newell’s, Mannucci (Perú), Platense (ascenso) y Tristán Suárez. Ahora se encuentra sin equipo. Por cierto, Llop pasó una prueba con el Barça Atlètic al tener doble nacionalidad argentina y española.

Los guiños de la vida

Gabrich, cuando vivía en Barcelona, conoció a José Prieto, entonces empleado en “Jugo Mitre”, local especializado en zumos. Cuando Jorge fue a jugar a Vélez, Jorge lo acompañó y aprovechó el viaje para visitar a unos parientes. Gabrich conoció entonces a una prima de su amigo, María Laura Rodríguez, con la que lleva 36 años de matrimonio y han sido padres de dos hijos -Tomás y Matías- y una hija -María Micalea-. José, que hoy reside en Extremadura, también encontró entonces el amor.

Años después su primo Iván César Gabrich, también delantero, pasó por el fútbol español defendiendo al Mérida (1997-98), Extremadura (1998-99) y Mallorca (1999-2000). Mantiene contacto con Julio Alberto, Calderé y el ‘Lobo’ Carrasco a través de las redes sociales.