El PSG dinamitó el plan de Laporta con Xavi

En el FC Barcelona veían la eliminatoria contra el PSG como una oportunidad magnífica para lograr que Xavi Hernández diera marcha atrás a su decisión de abandonar el banquillo a final de curso. De hecho, en la hoja de ruta del presidente Joan Laporta estaba previsto esperar hasta casi el término de la temporada para realizar una última intentona con el egarense.

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La situación ideal para la cúpula azulgrana era que el equipo llegara al menos hasta semifinales en Champions o que pudiera competir LaLiga hasta el final. La ilusión del barcelonismo crecía al mismo tiempo que lo hacía el juego del equipo y Laporta estaba convencido de que, en caso de superar al PSG, Xavi recalcularía su decisión.

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Tras momentos difíciles a principios de año, la presión y tensión que rodeaban al club cuano el egarense anunció que se iría se convirtieron en un volcán de energía positiva. El triunfo en París catapultó el estado de ánimo; en la planta más noble del Montjuïc veían cerca el vuelco porque intuían que para Xavi era 'obligado' meterse en semifinales para considerarse merecedor de poder reconsiderar su decisión de irse.

En el club creen que para Xavi era obligado llegar a 'semis'

El técnico siempre ha sido muy autoexigente, por lo que el KO ante el PSG complica hasta un porcentaje muy alto el deseo de Laporta de que siga. Creen en el Barça que los resultados impedirán una marcha atrás de Xavi porque, en parte, habría quien lo vería un intento de agarrarse al cargo pese a no haber logrado este curso los objetivos fijados. Y, hombre de club, lo último que querría el egarense es faltar a su política de la meritocracia.

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Aún así, el máximo mandatario culé se verá con Xavi en los próximos días para realizar una última intentona. Si el de Terrassa mantiene que se va, se activará definitivamente un plan B. Rafa Márquez es el gran favorito, aunque también es cierto que Laporta aún mantiene alguna pequeña duda en su cabeza sobre si sería conveniente apostar por un técnico con más trayectoria como por ejemplo Thomas Tuchel. Pese a ello, el mismo Laporta también entiende que la del mexicano es por varios motivos la opción más lógica: ya tiene contrato, conoce la casa, habla castellano... Lo que está claro es que el culebrón se acerca a su fin.