Pjanic: un malabarismo económico sin resultado

La llegada de Miralem Pjanic estuvo rodeada de mucho ruido y pocas nueces. De muchas sombras y, desafortunadamente, pocas luces. En un ejercicio de puro trilerismo financiero, Barça y Juventus acordaron un intercambio entre el bosnio y Arthur Melo. Ambos sobrepagaron el coste de traspaso de los dos futbolistas para poder salvar sus balances económicos.

Los blaugrana pagaron 60 millones de euros por Pjanic a sus 30 años, mientras que vendieron a Arthur por 72 'kilos' con seis años menos de edad. Esta operación dejó una plusvalía de 12 millones en las arcas blaugranas cuanco empezaban a tiritiar, agravada por los estragos del Covid-19.

El futbolista empezó entrando en los planes de Ronald Koeman, pero fue esfumándose paulatinamente. Con Busquets insustituible en el pivote, acompañado de un Pedri recién aterrizado a Barcelona y de Frenkie de Jong; la solución del bosnio pasaba por oxigenar la sala de máquinas, sobre todo en el doble pivote utilizado por el nuevo entrenador.

Su experiencia jugó a su favor y el técnico neerlandés tiró de ella en todos los partidos de Champions, siendo titular en toda la fase de grupos. En la Liga, no obstante, tuvo un papel mucho más discreto. De hecho, estuvo ausente entre la jornada 25 y la 36. Disputó las dos últimas en el tramo final de ambos encuentros, cuando el campeonato ya estaba decidido. Hasta el juvenil Ilaix Moriba acabó pasando por delante de él.

En total, se vistió de corto durante 1.296 minutos repartidos en 30 encuentros, lo que supone una media de 43 minutos por partido. 19 de ellos fueron en Liga, ocho en Champions, dos en la Supercopa de España y uno en la Copa. No logró dar ni una asistencia ni celebrar un solo gol.

Cesión obligada

En el inicio de su segunda temporada en el Barça, Koeman defenestró a Pjanic dejándole sin jugar las tres primeras jornadas de Liga. El mercado de fichajes cerró y su salida era una solución obligada. Finalmente, puso rumbo a Turquía, donde el periodo de transferencias cierra más tarde que en España para alistarse en el Besiktas en calidad de cedido.

La operación recibió luz verde, después de que el bosnio aceptase rebajarse notoriamente su ficha para poder salir del Camp Nou y que desde Turquía asumiesen una parte de su salario. Miralem volvió a sentirse futbolista, pero las lesiones le fueron apartando paulatinamente del equipo. El club turco empezó a filtrar que no estaban dispuesto a asumir una nueva cesión y, ni mucho menos, una compra. 26 partidos después, regresó a la capital catalana.

Apuesta de Xavi y 'plot twist'

Sorprendentemente para muchos, Pjanic regresó al Barça para quedarse. Realizó una buena pretemporada y convenció al cuerpo técnico para mantenerse en el primer equipo. Xavi lo llegó a verbalizar en rueda de prensa. Incluso Nico viendo la falta de minutos decidió apostar valientemente por salir cedido para sumar más minutos y crecer como futbolista.

A pesar de ello, el bosnio no ha logrado vestirse de corto en ninguno de los cuatro primeros partidos oficiales de la temporada y ha tomado la decisión de salir del club. El Sharjah de los Emiratos Árabes será su destino y compartirá vestuario con otro exblaugrana: Paco Alcácer. Se convertirá en uno de los motores del nuevo proyecto deportivo de Leandro Jardim. Lo hará con la carta de libertad y perdonando los dos años de contrato que le restaban.