Permiso para soñar

Xavi quedó frustrado por la derrota ante el Bayern porque sus futbolistas fueron capaces de jugar una excelente primera parte

Lo visto en Alemania debe servir como referencia de lo que debe ser el Barça; eso sí, con más madurez y contundencia en el área rival

Resumen, goles y highlights del Bayern de Múnich 2-0 FC Barcelona de la Jornada 2 de la Fase de Grupos de la Champions League

El Bayern de Múnich se llevó la victoria ante el FC Barcelona con dos goles, a pesar de que el resultado no reflejó la realidad del partido. / TELEFÓNICA

Xavi Torres

Xavi Torres

La Liga de Campeones situa a cada equipo en su justa posición. Para el Barcelona hace años que la lección está aprendida aunque a menudo el balón se encapriche en volver a recordar que en esta competición de nada sirve jugar bien solo una parte. Y dicho esto, durante los primeros 45 minutos el Barcelona demostró en el Allianz Arena que el proyecto tiene sentido. Para el entrenador, la primera parte de Alemania debe convertirse en una herramienta importante de autoestima que anime a los jugadores a continuar creyendo y trabajando en la idea de que jugando así hay futuro.

A pesar de la historia -especialmente, la de estos últimos años- y de la gran calidad del Bayern, la entrada del Barcelona al partido fue extraordinaria, orgulloso y convencido de sus posibilidades. Se instaló en campo contrario a pesar de que a los 51 segundos el equipo alemán declaró sus intenciones: una pérdida de Dembélé provocó un lanzamiento largo a Musiala que el jóven talento alemán no pudo aprovechar. Ese era el plan: esperar para correr. Daba igual: el equipo estaba decidido a plantar cara con personalidad, siendo fiel a la idea de Xavi.

OCASIONES DE PRIMER ORDEN

Y con la amplitud de Dembélé y Raphinha y la profundidad de Lewandowski y de los interiores -especialmente, un día más, la que ofrecía Gavi con sus desmarques a la espalda de los defensas- el Barça llevó el partido hacia donde más le convenía. Y así, jugando en campo contrario, llegaron las acciones de Pedri (minuto 8), Lewandowski (18', 21' y 43') y Raphinha (26'), que no fueron acercamientos sino ocasiones de primer orden. Más el penalti de Davies a Dembélé (43'), que de no ser por Danny Makkelie, el colegiado holandés, también hubiera significado una oportunidad de lujo.

En este sentido, primera parte de referencia... aunque faltó el acierto en el remate. Perdonar en la Champions tiene su castigo. ¿Debe preocuparse Xavi? Desde luego debe ocuparse pero hay que recordar que el Barcelona tiene un delantero especial que ha sido capaz de anotar nueve goles en los siete partidos oficiales que ha disputado como culé. En 'su' casa, falló, pero si a alguien se le caen los goles de los bolsillos es a Lewandowski.  

BAYERN AHOGADO

Los delanteros tuvieron esas ocasiones porque el equipo fue capaz de posicionarse con acierto en terreno alemán. La presión post-pérdida del Barcelona fue tan brillante que los de Julian Nagelsmann no chutaron contra la portería de Ter Stegen hasta los 27 minutos y cerraron la primera parte con apenas dos lanzamientos a puerta. ¡El Bayern, jugando en casa! El Barça no tuvo miedo a la velocidad de Mané ni a la gran capacidad de Sané y Davies para atacar los espacios. Fue clave la valentía de los centrales, Araujo y Christensen, con el trasero fijado en la linea del medio del campo defendiendo hacia delante, empujando a Pedri y Gavi a ejercer la primera presión en la frontal del área rival y recordándole al mundo del fútbol que con el equipo junto, Sergio Busquets es único. El medio centro azulgrana cerró el partido con 10 recuperaciones.

RESPONSABILIDAD CON EL BALÓN

A pesar de la jugada de los 51 segundos y de otra pérdida peligrosa de Sergio, a los dos minutos, el Barcelona controló el partido porque sus jugadores fueron muy responsables con el balón. Sobraría comentar el 46-54 de posesión en el descanso a favor de los catalanes porque la actuación hay que valorarla más allá de los números.

En este sentido, al Barcelona le penaliza muchísimo tener que correr hacia atrás. Haga usted la prueba: juegue un partidillo con sus amigos y escoja como compañeros a aquellos con aspiraciones de colgarse todas las medallas individuales del mundo. Y tras cada regate buscando el cañito sin éxito, tras cada pase sin sentido, tras cada entrega gratuita intente robar el balón a su oponente mientras corre hacia su portería para intentar evitar el gol. Y eso, una vez y otra. ¿Se lo imagina? Para el Barcelona, además, que trata de jugar en campo contrario, las carreras se hacen muy largas y para los contrarios, que juegan a campo abierto, las situaciones se convierten en idílicas.

En la primera parte el Barcelona ahogó al Bayern. ¿Vio usted correr a Mané o a Sané? No. Ni usted ni nadie. O poquito: antes del descanso, cero contras del senegalés y dos, sin consecuencias, del alemán. Excelente aportación de los cuatro jugadores de atrás en las vigilancias ofensivas, es decir, en los marcajes a los delanteros con el balón en posesión propia. Cuando el Bayern lo recuperaba y trataba de conectar con Mané, Muller y Musiala, sus tres jugadores más avanzados, éstos recibían la presión de Koundé, Araujo, Christensen y Marcos que obligaba a jugar hacia atrás o provocaba la pérdida inmediata de la pelota.

BALÓN PARADO EN CONTRA

El Barcelona sabe perfectamente que el Bayern es poderoso en el juego aéreo, porque Kimmich es un excelente centrador y Pavard, Lucas, Upamecano, Muller e incluso Musiala son buenos rematadores. ¿Solución? En la primera parte el Barcelona hizo tres faltas -lejos de su portería- y no concedió ni un solo saque de esquina. Concentración es la palabra.

UN VÍDEO PARA MAÑANA

Xavi ya tiene su primera parte fantástica. Ya tiene donde acudir para recordar a sus futbolistas que haciendo las cosas así, hay futuro. Sin embargo, también podrá recordarles que el partido se rompió por un córner lanzado por Kimmich rematado a la red por Lucas Hernández mientras Marcos se despistaba en el marcaje. O que Christensen le dio un metro para recibir a Musiala en el orígen de la jugada del 2 a 0, de Sané. O que el equipo demostró una falta de madurez alarmante cuando se vio por detrás en el marcador -anotamos solamente el palo de Pedri (63') como única ocasión azulgrana de gol-. O que el equipo se estiró y permitió un partido de idas y venidas que provocó, siguiendo el caso de Sergio Busquets, que ya no llegara a ninguna presión yse convirtiera en un jugador superado -incluso fue substituido-. O que las soluciones de Xavi desde el banquillo, esta vez, no aportaran nada.

En Champions no sirve solamente jugar una parte; hay que darlo todo en las dos. Y más contra el Bayern. O el Manchester City. O el Liverpool. O el PSG. O el Real Madrid.

Xavi Hernández está enfadado porque en el Barcelona, como bien explicó, las derrotas no se celebran. No hay duda de que su equipo debe seguir trabajando mucho para conseguir alargar los buenos ratos de fútbol que se vieron sobre el césped de Munich, pero también es verdad que la juventud de Ansu, Araujo, Balde, Dembélé, Eric, Ferran, Frenkie de Jong, Gavi, Kessie, Koundé, Nico -cedido al Valencia-, Pablo Torre, Pedri, Peña, Raphinha o Tenas -todos por debajo de los 26 años-, más jóvenes que vienen apretando muy fuerte como Ilias Akhomach -Barça Atlétic, 18 años- o Lamine Yamal -juvenil, 15 años- auguran buenos tiempos.

No conviene demasiado hinchar el globo de la euforia -como se ha hecho en las últimas semanas- pero, al mismo tiempo, que nadie pinche el de la ilusión. Hay mimbres pero falta tiempo. Estaremos atentos al crecimiento del equipo. Siguientes capítulos, Elche e Inter.