Fin a la penitencia: Al Barça aún le queda grande el traje de la Champions

El Barça transmitió su amargura en Europa con una apagada despedida de la Champions en Plzen

Europa ha recordado al club que el fútbol tiene sus tiempos más allá de las inversiones millonarias

Ferran y Gavi celebran uno de los goles

Ferran y Gavi celebran uno de los goles / VALENTÍ ENRICH

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Al Barça le pesa saberse fuera de la Champions. La decepción europea ha obligado al club a amoldar su relato a una nueva realidad y recordarse que el fútbol tiene sus tiempos, que esto es un proceso y que una inversión millonaria no asegura resultados inmediatos. Xavi ha pasado de hablar de títulos a reconocer que el equipo está dando pasos más cortos de lo esperado. 

El técnico se aferra ahora a la trayectoria en LaLiga, donde el equipo vuelve a competir de verdad por ganar la competición. Otra cosa ha sido la Champions, un torneo cruel con los equipos inestables, especialmente con el Barça, cuya historia dice que solo puede ganarla en su mejor versión. Se sabía y se ha confirmado: a este equipo le llegó demasiado pronto la exigencia del grupo de la muerte. No ayudaron lesiones estructurales y decisiones arbitrales controvertidas, pero el Barça siguió transmitiendo la sensación de que no le llega para competir aún con los grandes del torneo. 

En Plzen el Barça paseó la pesadumbre de las despedidas. Se contagió de la intrascendencia del encuentro ante uno de los peores de la competición. Ni siquiera la entrada de jugadores que necesitan reivindicarse animó al conjunto azulgrana. Ganó por inercia (2-4) pero no cerró la competición con grandeza. El suyo fue un partido destemplado que decidió por la manifiesta diferencia de talento entre los dos equipos.

Entre las mejores noticias, la voracidad de Ferran Torres, que demostró que es un futbolista que entiende el juego y sus movimientos siempre son afilados. Esta vez jugó como nueve, marcó el mejor gol del encuentro y dejó claro que ya ha superado un bloqueo. Más irregular fue la actuación de Pablo Torre que vivió una montaña rusa: hizo un penalti y marcó un gran gol. 

Xavi también aprovechó el partido para hacer pruebas como la presencia de Kessie, que acabó lesionado, como mediocentro. El Barça salió a jugar el partido sabiéndose equipo de Europa League y puso fin a su penitencia en Plzen. El traje de la Champions todavía le queda grande.