"O pasamos por la barbería o no se te van a quedar"

José Luis Colomo es el ojeador que tiene el FC Barcelona en la zona de Madrid. Personaje muy discreto, tiene una imagen de seriedad bien ganada. En el club son conscientes que  es muy exigente y por ello cuesta mucho que dé buenos informes de un jugador si realmente no ve algo en él. Por eso, cuando en abril del 2011 llamó a Albert Puig, coordinador del fútbol base, para decirle que tenía controlado a un jugador con un gran talento, en el club comprendieron que algo había que hacer. Es por eso que mandaron al entrenador del juvenil B García Pimienta para que le viese. Le vio en un partido de cadetes entre su equipo, el Rayo Majadahonda y el Brunete y el jugador en cuestión, un tal Munir el Haddadi, marcó lo que se conoce como el hat-trick perfecto: un gol con la pierna derecha, uno con la izquierda y uno de cabeza.

De regreso a Barcelona, Pimienta confirmó lo que Colomo había visto. Munir era un jugador con un talento natural grandiosos, pero se le veía muy "verde" todavía. Fue por eso que Puig decididó hablar con Antonio, el representante entonces del joven jugador, y le ofreció un contrato de solo un año, ampliable a dos más. Munir tenía otras ofertas, pero se quedó con la del Barça. Aceptó. Albert Puig tomó un avión para Madrid y se fue al restaurante de un hotel cercano al aeropuerto, donde trabajaba el padre del jugador. Y en el restaurante de ese hotel, fue donde Munir el Haddadi firmó su primer contrato con el FC Barcelona.

Semanas después, el mismo Colomo, su descubridor, acompañó a Munir hacia Barcelona. Cogieron un tren y para la Ciudad Condal que se fueron. Llegaron a Barcelona con algunas horas de adelanto sobre la prevista para presentarse en La Masia. Y fue entonces cuando Colomo miró a Munir y no tuvo dudas: "O nos pasamos primero por la barbería o el Barça no se te va a quedar", le comentó. En efecto, el jugador, que tenía entonces 16 años, presentaba una notable melena y una barba sin afeitar de varios días. Colomo le llevó a una barbería e incluso quiso tener un detalle con el joven y le regaló unas botas nuevas.Y después si, hacia la Masia, donde se quedó ya instalado ese verano del 2011.

Pero en cuanto comenzó a jugar ya se vio que todo lo que se hiciese para ayudarle tendría su recompensa. En su primera temporada con el juvenil B, la 2011-2012, ya destacó, pero el club no se decidió a subirle ya al juvenil A. Siguió en el B en la 2012-2013, sin protestar, al contrario, volviendo a rendir como el que más. Y la pasada campaña, la 2013-2014 ya fue la de su explosión futbolística. Empezó en el juvenil A, con el que fue el máximo goleador de la Champions juvenil, y pasó al Barça B. Y lo que ha pasado este verano, ya es de sobras conocido.